01 -
Licua juntos los tomates y la cebolla hasta conseguir una mezcla suave.
02 -
Fríe la pasta en un poco de aceite hasta que tome un color dorado, cuidando que no se queme.
03 -
Incorpora la mezcla de tomate y deja que hierva unos 5-7 minutos. Luego agrega el caldo y cuece hasta que la pasta esté en su punto.
04 -
Adorna con unas ramitas de cilantro fresco y sirve caliente.