01 -
Calienta el horno a 160°C. Forra un molde de 23x33 cm con papel antiadherente o papel para hornear y rocíalo con spray para cocinar.
02 -
En un tazón grande, mezcla la mezcla para bizcocho, la mantequilla derretida, un huevo, y 2/3 taza de leche. Remueve bien hasta que obtengas una masa espesa, parecida a la de los brownies. Divide la masa en 6 tazones pequeños.
03 -
Colorea cada mezcla en los tazones con los colorantes para lograr tonos morado, azul, verde, amarillo, naranja y rosa. Reserva 1 cucharada de cada masa coloreada para usarlas en la parte superior.
04 -
Coloca cucharaditas de las masas coloreadas en el molde preparado, alternándolas para mezclar los colores. Luego usa tus manos ligeramente húmedas para presionar suavemente hasta nivelar la base.
05 -
Mezcla 1 1/2 cucharaditas de leche con cada una de las cucharadas reservadas de las masas de colores para volverlas más líquidas y fáciles de distribuir.
06 -
Bate en un recipiente el queso crema con el azúcar hasta que esté suave y cremoso. Agrega el huevo y la vainilla, mezclando bien. Esparce esta mezcla sobre la base de bizcocho de colores.
07 -
Rocía las masas de colores diluidas sobre la capa de queso crema. Luego usa un cuchillo o tenedor para hacer remolinos suaves y lograr un efecto marmoleado.
08 -
Hornea sin cubrir durante 20 minutos. Luego cubre el molde con papel aluminio para evitar que los colores se oscurezcan. Continúa horneando por otros 14-20 minutos. El centro puede moverse un poco, pero se fijará al enfriarse.
09 -
Deja enfriar a temperatura ambiente una hora. Luego refrigera al menos 2 horas antes de cortar en 24 piezas. Guarda lo que sobre en el refrigerador.