01 -
Pon a hervir las papas en una olla grande con agua salada hasta que estén suaves al pinchar con un tenedor, pero sin que se deshagan. Al mismo tiempo, en otra olla, cocina los huevos durante 10 minutos.
02 -
Escurre las papas cocidas y mételas al refrigerador para que se enfríen. Coloca los huevos hervidos en un recipiente con agua fría y hielo para que se enfríen rápidamente y dejen de cocinarse.
03 -
Pela el pepino y córtalo en trozos pequeños. Corta los tomates y la cebolla morada en cubos, y rebana las aceitunas. Si prefieres, remoja los cubos de cebolla en agua fría durante unos minutos para suavizar su sabor fuerte.
04 -
Corta las papas ya frías en cubos (si quieres, puedes pelarlas, pero dejarles la cáscara añade textura y nutrientes). Pela y pica finamente los huevos cocidos.
05 -
En un frasco o recipiente pequeño, mezcla el aceite de oliva extra virgen, vinagre de vino blanco, orégano, líquido de las alcaparras y una pizca generosa de sal. Bate todo hasta que quede bien integrado.
06 -
En un recipiente grande, junta las papas en cubos, los huevos picados, las verduras cortadas, las aceitunas y las alcaparras. Vierte la vinagreta encima y mezcla delicadamente para no aplastar las papas y distribuir bien los ingredientes.
07 -
Prueba y ajusta la sal si hace falta. Sirve como acompañamiento o como plato principal ligero. Puedes comerla al momento o refrigerarla por una hora antes de servir.