01 -
Coloca 8 cucharadas de crema de limón en un plato con papel encerado o plástico. Extiende cada porción con cuidado hasta que tenga aproximadamente 0.5 cm de grosor. Lleva al congelador durante 1 o 2 horas hasta que endurezca.
02 -
Prende el horno a 180°C (350°F). Coloca papel para hornear en una charola y déjala lista.
03 -
Bate la mantequilla con el azúcar en polvo y el azúcar granulada hasta lograr una mezcla suave. Agrega el huevo, la yema, el jugo de limón, la esencia y la ralladura de limón, y mezcla bien hasta que todo esté incorporado.
04 -
Integra la harina, la sal, el polvo para hornear y las semillas de amapola a la mezcla previa. Revuelve hasta que no queden restos de harina.
05 -
Toma porciones de la masa, aplánalas con las manos y coloca una cucharada de crema de limón congelada en el centro. Dobla la masa para cubrirla, haz una bolita con las manos y aplánala ligeramente hasta que tenga aproximadamente 1 cm de grosor.
06 -
Pon las galletas en la charola preparada y hornéalas durante 12-13 minutos. Déjalas enfriar por completo en la charola. Parecerán un poco crudas, pero seguirán cocinándose mientras se enfrían.
07 -
En una ollita pequeña a fuego medio, derrite la mantequilla con el jugo de limón, el azúcar glas y la ralladura. Remueve hasta que hierva ligeramente. Apaga el fuego y agrega las semillas de amapola.
08 -
Pinta el glaseado sobre las galletas frías usando una brocha o cuchara. Deja reposar unos minutos para que el glaseado se asiente antes de servir.