01 -
Usa un bol aparte para batir la nata con una batidora de mano o de pie. Hazlo hasta que tenga picos firmes, lo que llevará unos 2-3 minutos. Si planeas usar la vainilla, añádela mientras bates.
02 -
Combina el refresco de naranja con la leche condensada en un bol grande. Remueve bien hasta que quede uniforme y sin grumos.
03 -
Introduce suavemente la nata montada en la mezcla del refresco con una espátula. Hazlo con cuidado para no perder la textura esponjosa. Mezcla hasta que quede homogénea, sin rayas visibles.
04 -
Vierte la preparación en un recipiente apto para congelador con tapa. Cúbrelo bien y congélalo durante al menos 4 horas, hasta que esté firme.
05 -
Si quieres una textura más suave, remueve el helado cada hora durante las primeras 2-3 horas. Esto evitará la formación de cristales de hielo.
06 -
Usa una cuchara para helados para servir en conos o boles. Si lo deseas, añade ralladura de naranja, un poco más de refresco o cualquier otro adorno opcional.