01 -
Saca el hojaldre del congelador y sigue las instrucciones del paquete para descongelarlo. Forra dos bandejas de horno con papel para hornear.
02 -
En un bol mediano, mezcla el queso crema y el azúcar con una batidora eléctrica. Cuando estén bien integrados, añade la yema de huevo, el ricotta, la esencia, la sal y la ralladura de limón. Mete el relleno a la nevera mientras preparas el resto.
03 -
Extiende la masa ya descongelada pero fría sobre una superficie espolvoreada con un poco de harina. Con un cortador en forma de corazón, haz varias figuras.
04 -
Coloca los corazones de hojaldre en las bandejas preparadas. Usa un tenedor para marcar un borde en forma de corazón, dejando un margen de ½ pulgada.
05 -
Reparte el relleno de queso crema en cada pastelito (aproximadamente una cucharada generosa en cada uno). Encima, pon una porción del relleno de cereza, unas 4-5 cerezas en cada pastelito.
06 -
Pinta los bordes de los corazones de hojaldre con la mezcla de huevo y agua. Lleva a la nevera durante 15 minutos para enfriar.
07 -
Enciende el horno y ajusta la rejilla al medio. Precalienta a 175°C. Hornea los pastelitos durante 15-20 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.