
Hoy mi cocina huele a sabores del Mediterráneo oriental. Estoy preparando Manakish con zaatar, un plato que me transporta cada vez que lo hago a los aromas y recuerdos de mis viajes ahí. Mezclar pan suave y esa mezcla tan especiada es una bomba. Cuando empiezo a hornear, la familia ya sabe que toca reunirse en la cocina.
Irresistible Zaatar
No puedo vivir sin zaatar. Esa mezcla de sumac, tomillo y sésamo tostado siempre me levanta el ánimo. Al juntar las especias la casa se llena de un aroma genial. Me aseguro de nunca quedarme sin zaatar porque transforma cualquier comida.
Por qué Manakish encanta
Para mí, Manakish significa compartir y cariño. Allá suele comerse en el desayuno, pero en mi casa aparece a cualquier hora. A veces lo cubro con zaatar, otras con queso o carne de cordero bien sazonada, así que es imposible aburrirse. Eso de cambiar los toppings lo vuelve súper divertido.
Ingredientes favoritos
Cuando hago Manakish, no me la juego y solo uso ingredientes top. La levadura debe estar viva para que esponje el pan. Paso la harina por un colador porque así el pan queda más aireado. No puede faltar aceite de oliva puro, es el truco para que quede increíble. Y la mezcla de zaatar siempre la preparo en casa a mi gusto.
Así te sale el mejor pan
Preparar la masa es casi como meditar un rato. Primero mezclo la levadura con agua tibia y una pizquita de azúcar para despertarla. Si hace espuma ya está lista. Tienes que amasar mínimo diez minutos para que el pan quede suave y brillante. Luego viene lo bueno: dejarlo fermentar en un lugar templadito de la cocina.
Una mezcla de zaatar de otro nivel
Para el zaatar, hay que pillar el punto justo. Agrego aceite de oliva poco a poco hasta que queda con textura parecida a un pesto, ni líquida ni tiesa. Todo huele tan rico cuando lo mezclo que no se puede describir.

Convertir la masa en panecillos
Dividir la masa me mola mucho. Según lo que quiera, hago piezas grandes o chiquitas. Uso los dedos para hundir zonas suaves, ahí luego va el aceitito especiado. Cada pieza es como una mini obra de arte diferente.
El instante mágico con zaatar
Ponerle la mezcla de zaatar es lo que más me gusta. La extiendo en los discos de masa con círculos, dejando los bordes limpios para que luego queden crujientes. Así cada pan lleva su toque personal de sabor.
No te pases con el horno
En mi horno, Manakish va a 220 grados. Reviso al pasar unos ocho minutos. Busco que los bordes estén dorados pero el centro blando. El olor en ese momento te hace la boca agua.
Cómo lo saco a la mesa
En casa lo llevamos directito del horno al mantel. Siempre lo acompaño con verduras frescas, yogur natural hecho en casa y hummus cremoso. Todos se emocionan y no paran de mirar hasta que todo esté servido.
Costumbre con mucha historia
Mientras hago Manakish pienso mucho en cómo lo hacían antes. La gente llevaba la masa al horno de la comunidad. Ahora lo hago todo en mi propia cocina, pero el sentido de familia y calor sigue igual.
Diferentes maneras de prepararlo
Me gusta probar nuevas cubiertas. A veces pongo queso tipo Oaxaca, otras carne molida bien especiada. Si mezclo zaatar con queso mis peques se relamen. Cada versión tiene sus seguidores.
Mi propia receta de zaatar
Prefiero mezclar el zaatar en casa. Tras probar mucho, encontré mi fórmula: tres partes de sumac, dos de sésamo tostado y una de tomillo. A veces echo un poco de mejorana. En un frasco hermético dura un montón.

Amasar como se debe
La masa necesita tiempo y cariño. Mínimo la amaso de ocho a diez minutos, a veces más. Es al tocarla que notas que va cambiando, se pone elástica y suave. No dejes que esté muy fría o demasiado caliente, la levadura se resiente.
Cómo lograr la textura ideal
Que la pasta de zaatar quede como toca es cuestión de ir añadiendo el aceite gota a gota, mezclando siempre. La textura debe parecerse a pesto, ni dura ni chorreando. Ya le agarras el truco con la práctica.
Especiales para compartir
Cuando espero invitados, hago versioncitas mini. Son prácticas para picar y lucen un montón en la mesa. Si las hago varias diferentes, tienes una bandeja mezze que triunfa seguro.
Nutritivos y deliciosos
Lo que me encanta de Manakish es eso, es sabroso y sano a la vez. Las especias están llenas de buenas cosas, el aceite de oliva aporta grasas saludables. A veces uso harina integral, salen aún más completos.
Inventando con sobras
Manakish viene genial para aprovechar restos. Meto verduras que haya, restos de carne o quesos variados. Así nacen versiones súper originales que ni planeaba.
Dándole un giro moderno
Me flipa la tradición, pero también reinvento. Si tengo alguien vegano, uso queso vegetal. Si hay quien no puede comer gluten, uso otra harina. Todo es adaptar pero el corazón del plato no cambia.

Perfectos para llevar
Si buscas algo para el almuerzo, Manakish es mi truco. Queda jugosito y también frío es una delicia. Mis hijos se alegran cada vez que les toca en la lonchera. Un trozo de casa donde sea.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Qué es el Zaatar?
El Zaatar es una mezcla de especias orientales que incluye tomillo seco, sumac, sésamo tostado y hierbas aromáticas. Da al pan un sabor único y característico.
- → ¿Por qué debe reposar la masa?
El reposo permite que la levadura trabaje y la masa crezca. Esto asegura que el pan quede más esponjoso y ligero después de hornearlo.
- → ¿Puedo cambiar el relleno?
¡Claro! Puedes usar queso, carne picada o hasta vegetales. Sin embargo, la versión con Zaatar es la más clásica.
- → ¿Cómo guardar el Manakish?
Es mejor consumirlo recién preparado, pero puedes guardarlo en un recipiente hermético por un día y calentarlo un poco antes de comerlo.
- → ¿Puedo preparar la masa con antelación?
¡Sí! Puedes dejar la masa leudar durante la noche en la nevera. Solo asegúrate de que alcance temperatura ambiente antes de usarla.
Conclusión
Un pan tradicional árabe (Manakish), donde la masa suave se unta con Zaatar y se cocina al horno. Perfecto para acompañar cualquier comida o disfrutar solo.