
Pizza blanca con espárragos, jamón serrano y gremolata especial
Esta no es la típica pizza del viernes. Después de años jugando con masas y hornos, me di cuenta que las combinaciones simples son las que más sorprenden. Aquí tenemos una base suavísima de ricotta, espárragos frescos y jamón cortado fino. Parece algo de restaurante, pero te va a salir facilísimo.
El finde pasado la preparé para mis vecinos y alucinaron de que saliera de mi horno. ¿El truco? Calentar muchísimo la piedra antes de meter la pizza.
Ingredientes clave:
- Masa de pizza: Deja que se temple, cambia todo
- Ricotta fresca: Mejor si no está líquida
- Espárragos: Que sean finitos, para que se hagan rápido
- Jamón serrano: Merece la pena comprar uno bueno
- Perejil fresco: Nada de seco para la gremolata
Haciendo magia:
Base ideal
Pon la piedra a calentar al máximo tiempo posible
Estira la masa fina, ¡hazme caso!
Pincela con aceite de oliva virgen
Salpica cada capa con sal y pimienta
Montando la pizza
Reparte la ricotta en cucharadas suaves
Pon los espárragos en rodajitas
Sin pasarte con el queso
Deja lugares libres para que se dore la orilla

Toques finales
Pon el jamón serrano cuando la saques del horno
Echa la gremolata con ganas
Un chorrito de buen aceite
Espera un poco antes de cortar
La primera vez que la hice, eché mil cosas y terminó empapada. Ahora siempre la hago ligera para las cenas de primavera. Menos es más, créeme.
El toque mágico aparece al primer mordisco: corteza crujiente, ricotta cremosa y ese verde fresco de la gremolata. Tal cual como primavera en un plato.
Que quede perfecta siempre:
Te cuento que al principio mis pizzas siempre se pegaban hasta que descubrí el truco de la harina de maíz. Ahora siempre tengo un bote a mano los viernes por la noche.
Ayudas para evitar dramas:
¿Masa pegada? Más harina de maíz por abajo
¿Se moja el centro? Menos ricotta o escúrrela mejor
¿El espárrago no se hace? Rebánalo más fino
¿La base no se dora? Dale más tiempo a la piedra para que coja calor
Mi piedra fue regalo de Reyes hace tres años. La primera pizza se pegó tanto que acabamos pidiendo otra comida. Ahora tiene su punto perfecto. No la cambio por nada.
Combinaciones top:
Ensalada verde con aliño de limón
Vino blanco fresquito (un Verdejo va genial aquí)
Limón granizado si hay peques
Unos ajos asados y untados en los bordes

Ideas según la temporada:
Verano – Usa tiras de calabacín en vez de espárrago
Otoño – Prueba con calabaza y un poco de salvia
Invierno – Cebolla caramelizada y tomillo
Primavera – Añade guisantes frescos junto con espárragos
La de calabaza fue casi por accidente, sobró al hacer crema y ahora es nuestro plato favorito del otoño.
Más ideas desde mi cocina:
Ten todo cortado antes de ponerte con la masa
El jamón serrano mejor si está a temperatura ambiente
Saca el cortapizzas con tiempo
No olvides dejarla reposar un minuto en la tabla
Soluciones express:
¿Borde quemado? Baja un poco la altura de la pizza
¿Hay más comensales? Haz pizzas pequeñas
¿La quieres más picante? Añade copos de chile al aceite
¿Faltan ingredientes? Prueba así:
¿Sin ricotta? Usa mascarpone
¿No tienes jamón serrano? Un buen jamón cocido funciona
¿Sin perejil fresco? Unas hojas de albahaca van bien
Recuerdo esa vez que intenté hacer seis de una vez para una cena. Aprendí muy rápido que entre cada pizza la piedra necesita descansar y recalentarse. Ahora prefiero hacerlas más pequeñas y así preparo dos juntas.
El secreto no está en un ingrediente, sino en tratar cada cosa con mimo. Aceite bueno, hierbas frescas y un jamón de calidad. Si los productos son buenos, la comida simple sabe espectacular.
Sea una cena en pareja o con amigos, siempre queda especial y sin complicaciones. Y las sobras… saben casi mejor frías al día siguiente. Eso sí: en mi casa duran poco.
Lograr la corteza soñada:
¿Te suena ese golpe hueco al darle al borde de la pizza? Eso es lo que queremos. Me costó como una docena de intentos, pero te cuento lo que aprendí:
Calienta la piedra bien:
Déjala mínimo 45 minutos calentando
No abras el horno si puedes evitarlo
Mantén la piedra dentro mientras baja la temperatura
Límpiala solo con agua muy caliente
La piedra para pizza es de las cosas más valiosas que tengo en la cocina, junto al rodillo de mi abuela. Guardan historias.
Otras gremolatas:
Pon menta fresca si te apetece darle otro aire
En invierno, prueba ralladura de naranja
Unas alcaparras por arriba
Piñones tostados para rematar
La idea de la menta salió del huerto de la vecina. Ahora no paro de ponérsela, sabe a primavera total.

Preguntas que siempre me hacen:
¿Se puede dejar lista antes? (Mejor haz cada cosa aparte y lo montas al final)
¿Para qué la harina de maíz? (No se pega y queda más crocante)
¿Masa fresca o congelada? (Las dos valen, pero la fresca gana la partida)
¿Y si no tengo piedra? (Una bandeja gruesa de horno funciona bien)
Conserva lo que sobre:
Guarda todo por separado en la nevera
Recalienta en sartén a fuego medio
Haz la gremolata justo antes de comer
El jamón serrano déjalo fuera del frigo
Los mejores trucos para estas pizzas:
No te pases con los toppings
Las orillas de la masa, un poco más gorditas
Fíjate si hay zonas del horno que doren más rápido
Saca la masa con tiempo para que esté blandita
¿Sabes lo gracioso? Antes mis hijos quitaban todo lo verde (la gremolata). Ahora hasta me piden más. A veces solo hay que esperar a que el paladar crezca.
Pensamientos finales:
Hacer pizza no es solo la cena, es experimentar, ensuciarse un poco y disfrutar con los sabores. Cada vez sale un poco mejor. Y pronto serás la persona a la que todos piden trucos para pizza.
Hasta una pizza casera "normalita" ya es mil veces más rica que pedir fuera. Y si sale mal, pues se pide algo, ¡no pasa nada! Pero si sigues estos tips, seguro que volverás a repetir.