
Las albóndigas en salsa de tomate son un verdadero clásico que conquista con su sabroso gusto y su salsa cremosa. Esta mezcla de bolitas de carne especiadas y salsa de tomate aromática sobre una base de pasta integral crea un plato completo y equilibrado que satisface de verdad.
La primera vez que preparé este plato, me sorprendió lo fácil que era hacer albóndigas caseras. La diferencia de sabor comparado con los productos comprados es enorme, y la salsa de tomate hecha en casa le da un toque de frescura maravilloso al conjunto.
Elementos fundamentales
- Albóndigas: La mezcla de carne picada de res, cebollas, hierbas y condimentos crea unas bolitas de carne aromáticas y jugosas
- Salsa de tomate: La base de cebollas sofritas, ajo y pasta de tomate da profundidad, mientras que los trozos de tomate aportan frescura
- Pasta integral: No solo es una opción más saludable que la pasta blanca, sino que tiene un sabor a nuez que combina genial con la potente salsa de tomate

Preparación paso a paso
- Preparar las albóndigas a la perfección
- Pela y pica la cebolla muy finita. Lava el perejil bajo agua corriente, sacúdelo para secarlo y pícalo fino, quitando los tallos. En un bol grande, mezcla bien la carne picada de res con el huevo, el pan rallado integral, la cebolla picada y el perejil. Sazona con pimentón, pimienta recién molida y sal. La mezcla debe mantenerse unida pero sin quedar muy dura. Con las manos ligeramente mojadas, forma unas 20 bolitas del tamaño de una nuez. Mojar las manos evita que la mezcla se pegue demasiado. Pasa las albóndigas por harina para que queden ligeramente cubiertas. La harina ayuda a formar una buena costra y a espesar la salsa después.
- Cocer la pasta perfectamente
- Pon a hervir una olla grande con mucha agua y añade sal generosamente. Cuece los espaguetis integrales según las instrucciones del paquete, pero un poco menos tiempo para que queden al dente. La pasta integral suele necesitar más tiempo que la blanca. Remueve con frecuencia para que no se pegue. Cuando esté lista, escúrrela sin enjuagarla, ya que el almidón de la superficie ayuda a que la salsa se adhiera mejor.
- Dorar las albóndigas
- Calienta el aceite de canola en una sartén grande y profunda o en una cazuela baja. Coloca con cuidado las albóndigas enharinadas y dóralas a fuego medio por todos lados hasta que tengan una bonita costra marrón. Gíralas con cuidado para mantener su forma. No necesitan estar completamente cocinadas, ya que seguirán cocinándose en la salsa. Retira las albóndigas doradas de la sartén y resérvalas.
- Preparar una salsa de tomate aromática
- En la misma sartén donde doraste las albóndigas (sin limpiarla para aprovechar los sabores), sofríe la cebolla finamente picada y el ajo picado a fuego medio durante 2-3 minutos, hasta que estén suaves y transparentes. Añade la pasta de tomate y cocínala brevemente hasta que libere su aroma y adquiera un color más oscuro. Esto intensifica el sabor a tomate en la salsa final. Agrega los tomates troceados de lata, raspando con una cuchara de madera para soltar cualquier resto de fondo de la sartén e incorporarlo a la salsa. Deja que la salsa hierva y luego cocínala a fuego medio durante unos 10 minutos destapada para que espese ligeramente y los sabores se mezclen. Sazona con hojuelas de chile, una pizca de azúcar (para equilibrar la acidez de los tomates), hierbas secas, pimienta y sal.
- Finalizar el plato
- Incorpora con cuidado las albóndigas precocinadas a la salsa de tomate hirviendo y deja que todo se cocine a fuego lento durante 7-8 minutos más, hasta que las albóndigas estén completamente cocinadas. Mientras tanto, escurre los espaguetis integrales cocidos. Sirve los espaguetis en platos previamente calentados, coloca las albóndigas con la salsa de tomate por encima y sirve inmediatamente. Si quieres, decora con perejil fresco picado o queso parmesano rallado.
He notado que las albóndigas quedan especialmente jugosas si uso una mezcla de carne picada de res y cerdo. También un chorrito de salsa Worcestershire en la mezcla de carne da un toque extra de sabor. La salsa de tomate a menudo sabe incluso mejor al día siguiente, cuando los sabores se han mezclado aún más.
Un clásico versátil
Las albóndigas en salsa de tomate son un plato atemporal que se encuentra en muchas cocinas del mundo en formas similares - desde las polpette italianas hasta las köttbullar suecas o las kofta orientales. Esta versión con su cremosa salsa de tomate y la nutritiva pasta integral ofrece una comida equilibrada que tanto llena como nutre. La combinación de proteínas de calidad de la carne picada, carbohidratos complejos de la pasta integral y las vitaminas de las verduras en la salsa de tomate hace de este plato una comida completa.
Ideas para acompañar
Además de la clásica pasta integral, este plato combina bien con:
- Una ensalada verde crujiente con aliño ligero de limón
- Pan ciabatta fresco o pan de ajo para mojar en la deliciosa salsa
- Verduras al vapor como brócoli o calabacín para una ración extra de vegetales
- Polenta como guarnición alternativa para una interpretación italiana

Posibles variaciones
La receta básica permite muchas variaciones creativas:
- Para un toque mediterráneo, añade tomates secos y queso feta a las albóndigas
- Para una versión oriental, usa comino, cilantro y menta
- Para hacerla más picante, agrega chile y pimentón ahumado a la salsa
- Para una alternativa vegetariana, prepara bolitas de lentejas o quinoa
Conservación y sobras
Este plato es perfecto para preparar con antelación y muchas veces sabe mejor al día siguiente. Se conserva 2-3 días en la nevera en un recipiente hermético. Para recalentarlo, hazlo a fuego lento en una sartén o en el microondas, añadiendo un poco de agua si es necesario ya que la salsa tiende a espesar al reposar. El plato también se congela bien - las albóndigas en salsa aguantan hasta 3 meses en el congelador. Sin embargo, la pasta debería cocinarse fresca cada vez.
Después de preparar este plato varias veces, puedo decir que el equilibrio entre las albóndigas y la salsa es fundamental. La salsa debe ser abundante pero no demasiado líquida, y las albóndigas deben estar jugosas pero no demasiado compactas. Con el tiempo, cada uno desarrolla su propia versión favorita de este versátil clásico, que se adapta perfectamente a los gustos individuales.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo cocinar las albóndigas en el horno?
- Sí, puedes hornearlas a 180°C por unos 15-20 minutos. Esto evita freírlas y reduce la grasa. Luego, añádelas directamente a la salsa de tomate terminada.
- → ¿Se pueden congelar las albóndigas?
- ¡Claro! Puedes congelar tanto las albóndigas crudas como las cocidas. Para usarlas, fríe las crudas directamente o calienta las cocidas en la salsa. Así siempre tendrás una comida rápida lista.
- → ¿Qué más puedo añadir a las albóndigas?
- Para un toque mediterráneo, agrega orégano o albahaca seca. También un poco de queso parmesano rallado sabe increíble. Para un giro oriental, prueba con comino, cilantro y menta.
- → ¿Se puede usar pasta normal en lugar de integral?
- ¡Por supuesto! Puedes usar cualquier tipo de pasta que prefieras. Sin embargo, la pasta integral tiene más fibra y nutrientes. También puedes optar por pasta de garbanzos o calabacín.
- → ¿Cómo puedo hacer la salsa más cremosa?
- Añade 100 ml de crema o un toque de leche de coco. También puedes incorporar una cucharada de crema fresca o un poco de mantequilla al final para un toque más suave.
- → ¿Existe una alternativa vegetariana?
- Sí, sustituye la carne por opciones vegetarianas como carne vegetal del mercado, granulado de soja remojado o una mezcla casera de lentejas y nueces. El huevo puede reemplazarse con una mezcla de linaza y agua.