
Convertir los clásicos macarrones con queso en bocaditos dorados y crujientes es una manera súper divertida de darle un giro a este plato casero de toda la vida. Por dentro llevan bacon y mucho sabor, y por fuera están cubiertos con pan rallado japonés para un resultado irresistible que todos quieren probar.
Los preparo seguido para reuniones familiares y literalmente desaparecen de la bandeja. Mi sobrino, que siempre es súper especial con la comida, se comió casi todos él solo una vez.
Principales Ingredientes Básicos
- Pasta de codito: Lo ideal son los coditos pequeños porque quedan de bocado y se mezcla perfecto con el queso
- Cheddar fuerte y Monterrey Jack: Juntos aportan sabor intenso y se derriten de maravilla
- Bacon: Da ese toque ahumadito y mucha potencia – mejor si lo consigues grueso
- Pan panko: Mucho más crujiente y aguanta mejor que el pan rallado normal
Instrucciones Paso a Paso
Base de Bacon
Pon el bacon en la bandeja sin encimar para que quede a la perfección
No lo descuides al final para que salga bien tostadito
Guarda la grasita que suelta porque da muchísimo sabor después

Hacer la Salsa de Queso
Ve batiendo sin dejar de mover para que no se hagan grumos en el roux
Agrega la leche poco a poco y en hilo fino para que quede cremosa
No metas todo el queso de golpe: deja que se derrita bien antes de añadir más para que no se corte
Mezcla y Refrigera
Mezcla los ingredientes con cuidado para no romper la pasta
Compacta muy bien al ponerla en el molde, así no quedan huecos de aire
Dale tiempo al frío – esto hace toda la diferencia para luego poder formar los bocaditos
Forma y Empaniza
Si humedeces un poco las manos, es mucho más fácil modelar
Aprieta fuerte cada bolita para que quede firme
Empaniza dos veces con panko para extra crunch
Freír Las Bolitas
Mantén el aceite entre 182-188°C para que salgan de diez
No eches muchas juntas, así el aceite no baja de temperatura
Escurre las bolitas sobre papel, inclinado para que salga bien la grasa
Estas bolitas me recuerdan cuando, en la escuela de cocina, me animé a freír macarrones con queso por primera vez. El secreto está en no apurarse con el frío – aprendí a la mala cuando unas cuantas se me deshicieron en el aceite por impaciente.
De chica, mi abuela siempre insistía en usar cheddar bien curado para sus macarrones. Ya probé mil combinaciones, y la suya sigue siendo la mejor – da justo el equilibrio de derretido y sabor intenso.
Llevo tantos intentos perfeccionando estos bocados, que ya te digo: son el éxito asegurado donde los lleves. Combina nostalgia y novedad, ideal para sorprender a todo el mundo.

Confort en Miniatura
El truco para que queden de escándalo es dejar que los sabores tomen fuerza en el frío. El queso y el bacon se mezclan y cada mordisco queda sellado en un caparazón crujiente súper sabroso.
Cómo Guardar y Recalentar
Las bolitas sin freír aguantan perfectas en el congelador hasta 1 mes
Las ya fritas mételas al refri hasta 3 días
Para que vuelvan a estar crujientes, hornéalas a 190°C unos 8-10 minutos
En mi familia siempre hacemos doble tanda en fiestas – vuelan tan rápido que tener un guardadito en el congelador nos ha salvado más de una vez.
Ideas Para Variar
Si te gusta el picante, pon jalapeños en cubos
Haz mezclas de queso como Gruyère o Gouda ahumado para algo distinto
O prueba con jitomate seco picado para un sabor ácido y buen toque
Uno de mis inventos favoritos fue cambiando el bacon por chorizo y usando queso pepper jack – la rompió en nuestra fiesta del Cinco de Mayo.

Ideas Para Servir
Van perfecto con salsa de tomate tipo marinara o aderezo ranch
Quedan buenísimos con ensalada verde crocante al lado
Puedes ponerlos en una bandeja con otras botanitas en fiestas
Soluciones Rápidas
¿La mezcla queda floja? Pon más queso
¿Los bocados sueltos? Echa un poco menos de leche
Fíjate que el aceite no baje de temperatura al freír
Mi truco personal es agregarle un poco de queso crema a la salsa – ayuda a ligar todo y le da un extra de cremosidad.
Dudas Frecuentes
Sí, puedes hacerlos en la freidora de aire a 190°C unos 8‑10 minutos
Deja mínimo 3 horas en el frío para que la mezcla cuaje
No te saltes el paso de congelar antes de freír
Después de mucho ensayo y error, tengo clarísimo: la clave está en tener paciencia. Deja que enfríe todo el tiempo necesario y no bajes la temperatura del aceite, sólo así consigues ese contraste increíble entre el centro suave y la capa crujiente.