
Un curry de garbanzos súper cremoso le da a tu cocina un toque exótico y ese olor a especias orientales que enamora. La leche de coco suave cubre los garbanzos y los hace todavía más ricos, y los tomatitos junto con el espinaca fresca le ponen color y frescura al plato. Es una comida que demuestra que la comida vegetal puede ser fácil y a la vez muy sabrosa.
En mi casa este curry convenció hasta a los más enemigos de la comida vegana. Esa mezcla de garbanzos sabrosos y salsa suavecita ya es de nuestras cenas favoritas.
Irresistibles aromas
- Garbanzos: Tienen mucha proteína y son los protagonistas aquí. Cuando los cueles, guarda el líquido (el famoso aquafaba), te sirve para espesar la salsa.
- Leche de coco: Es la que le da la cremosidad tan especial. Busca una leche de coco entera para que el sabor sea más intenso.
- Pasta de curry: Da todo el sabor especiado. Si usas la roja, obtienes un picante rico y profundo.
- Jengibre fresco: Le mete energía y frescura. Elige raíces firmes y lisitas pa' que tengan más aroma.
- Zumo de lima: Al final le das el toque ácido. Usa una lima fresca, mucho mejor.
Pasos para un curry perfecto
- Empieza la base:
- Pica cebolla finito y tira la parte de la raíz. Pela y pica el ajo y el jengibre. Echa un poco de aceite en una olla y saltea la cebolla hasta que quede transparente. Luego mete el ajo y el jengibre para que suelten sabor.
- Potencia las especias:
- Agrega la pasta de curry con las especias y sofríe para que saquen todo su aroma. Después incorpora un poco de pasta de tomate y deja que oscurezca un poco antes de seguir.

Final irresistible y cremoso
Mete los garbanzos y dales una vueltita en la olla. Ahora echa la leche de coco y mezcla todo muy bien. Pon los tomatitos partidos y deja que cueza a fuego medio. Para terminar, suma la espinaca hasta que se encoja.
Me encanta cómo cambia el aroma cuando tuestas la pasta de curry. Huele a los mercados llenos de especias que vi en mis viajes al sudeste asiático. Es puro sabor.
Acompañamientos para disfrutar
Va genial con arroz basmati, porque el grano largo absorbe todo lo bueno de la salsa. Si lo prefieres con quinoa o trigo sarraceno también queda buenísimo. Y un pan naan recién hecho sirve perfecto para mojar en la salsa cremosa.
Curry con un twist
Juega con otros vegetales, como berenjena, coliflor o camote. Y si quieres más proteína, añade cacahuates tostados (o anacardos) o incluso tofu. En los días de calor, cómetelo tibio con hierbas frescas arriba.

Cómo guardarlo bien
En un táper bien cerrado aguanta hasta tres días en la nevera. Cuando lo recalientes, puedes echarle un chorrito de leche de coco o agua para que vuelva a estar cremoso. Si lo congelas por porciones, te dura hasta tres meses. Solo descongélalo con calma antes de calentar y listo para comer.
Después de probar de todo tipo de currys, esta versión se volvió mi favorita. Tiene justo el balance entre cremosidad, especias y frescura. Es confiable y gusta tanto en cualquier día como si tienes invitados. Además, hacerlo es súper fácil aunque el resultado sabe sofisticado.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar Kichererbsen secas en vez de enlatadas?
- Sí, pero tendrás que remojarlas y cocinarlas antes. Calcula 8 horas para remojar y 45 minutos para cocer.
- → ¿Este curry es muy picante?
- Con las cantidades indicadas, es suave a moderadamente picante. Si te gusta más o menos picante, ajusta la pasta de curry rojo.
- → ¿Puedo preparar el curry con antelación?
- Claro, ¡queda aún mejor al día siguiente! En el frigorífico dura hasta 3 días.
- → ¿Hay alternativas a la leche de coco?
- Puedes usar crema de avena o de soja. Eso sí, el sabor será menos cremoso y menos tropical.
- → ¿Se puede usar espinaca congelada?
- Sí, usa la misma cantidad. Solo descongela al final de la cocción y mezcla bien.