
Este gratinado suave combina rodajas tiernas de papa con una cremosa salsa y una capa de queso doradita. Queda super bien porque el centro queda jugoso y la parte de arriba crujiente – es un clásico de siempre para disfrutar en familia.
En casa solemos preparar este gratinado, sobre todo si hace frío afuera. Con ingredientes sencillos sale un plato con mucho sabor.
Deliciosos ingredientes elegidos
- Papas: Mejor que sean firmes para que al cortar no se desarmen
- Nata: Usa la de montar o para cocinar, queda más cremosa
- Queso: El Manchego, Gouda o Emmental rallado va muy bien
- Nuez moscada: Dale ese toque clásico necesario
- Cebolla: Agrega sabor suave y fondo delicioso

Preparación fácil de seguir
- Preparativos:
- Laminar finito las papas
- Picar la cebolla en trocitos
- Machacar el ajo
- Untar la fuente con mantequilla
- Hacer la salsa:
- Mezclar nata y leche
- Poner especias y revolver
- Añadir el queso parmesano
- Fíjate si la mezcla queda ni muy líquida ni muy espesa
- Montaje:
- Poner papas y cebolla por capas
- Echar la salsa encima
- Remover todo suavemente
- Alisar la superficie para que quede pareja
- Al horno:
- Primero hornea sin queso arriba
- Deja que la salsa espese un poco
- Luego queso rallado y un poco de mantequilla
- Espera a que tome ese color doradito que da hambre
Este gratinado siempre triunfa en mi familia cuando queremos una cena acogedora. La capa dorada de queso es lo mejor y hace que nadie se resista.
Ideas para darle tu toque
Puedes mejorar el plato con hierbas frescas como tomillo o romero, le da un aire mediterráneo. Si tienes setas, mételas entre las papas para un sabor otoñal. El puerro también queda genial y pone más verdura. Y para los fans de la carne, añade trocitos de bacon dorado.
Mejor tipo de papa
Las papas firmes estilo Ágata, Kennebec o Monalisa funcionan perfecto. No se deshacen y quedan cremosas. Las harinosas no valen porque se rompen fácil. No las hiervas antes – van crudas y se hacen en la mezcla de crema y leche.
Textura que enamora
Corta las papas lo más finitas posible, como de 2 a 3 milímetros. Una mandolina o procesador de cocina ayuda un montón. Pon salsa suficiente para cubrir todo. Si te quedas corto de líquido, algunas partes queman o se pegan.
Cómo guardar y recalentar
Guarda el gratinado en la nevera y te aguanta tres días. Para recalentarlo, tápalo con papel de aluminio y mételo al horno a 150 grados para que no se reseque. Si solo quieres una porción, a microondas va bien. Puedes congelar, pero recién hecho es como mejor sabe.

Cómo servirlo
Funciona genial como guarnición de asados de res o con pollo. Si lo sirves solo, ponle una ensalada verde crujiente. Si quieres una cena más rústica, acompaña con un pan casero. Un vasito de vino blanco va perfecto y realza todo el sabor.
Probando muchísimas versiones a lo largo de los años, esta preparación siempre sale justo como quiero: sencilla pero super sabrosa. La mezcla de salsa cremosa con la cobertura quebradita de queso es lo máximo. Me sorprende cómo algo tan simple, con tiempo de horno, queda tan sabroso y reconfortante.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Qué tipo de papas son mejores para gratinados?
- Usa papas semi-firmes ya que mantienen su forma al cocinarse y no se deshacen.
- → ¿Cómo puedo lograr rodajas muy finas de papa?
- Utiliza un cortador de verduras o el accesorio de corte de una procesadora. Las rodajas deben ser de 2 a 3 mm de grosor.
- → ¿Puedo preparar el gratinado con anticipación?
- Sí, puedes dejarlo listo un día antes y conservarlo en el refrigerador. Tendrá un tiempo de horneado un poco más largo al recalentarlo.
- → ¿Qué queso es ideal para gratinar?
- Prueba con quesos fuertes como gouda, emmental o gruyere. También puedes combinarlos para un sabor más rico.
- → ¿Por qué mi gratinado no se cocina bien?
- Si las rodajas son muy gruesas o están muy apretadas, tardarán más en cocinarse. Usa un tenedor para comprobar que estén suaves.
- → ¿Es posible hacer el gratinado sin crema?
- Sí, puedes sustituirla totalmente por leche para una versión más ligera, aunque resultará menos cremoso.