
Hoy me lanzo en la cocina con un clásico absoluto: una lasaña jugosa con carne molida y Crème fraîche. Este platillo dorado es el consentido de mi familia. El aroma de la salsa y el queso crujiente hace que todos terminen en la cocina por curiosidad.
Por qué esta lasaña es única
La mezcla de salsa bolognesa potente, placas de pasta y esa capa cremosa de queso es totalmente adictiva. Siempre es mi as bajo la manga si hay visitas o si quiero consentir a la familia con algo distinto. ¿Lo mejor? Se puede dejar lista antes y recalentada sabe hasta más rico.
Lo que vas a necesitar
Yo uso 2 dientes de ajo, una cebolla grande, 500g de carne molida jugosa, 400g de tomate triturado, hierbas provenzales, 150g de Crème fraîche y 200g de láminas para lasaña. Para que quede perfecta, le pongo unos 150g de queso gouda rallado encima. Sal y pimienta para darle el toque justo.

Haz tu lasaña así
Empieza picando el ajo y la cebolla bien pequeño. Fríe primero la carne hasta que quede suelta y dorada, después añade la cebolla y el ajo. Cuando el olor te dé hambre, echa los tomates y las hierbas. Deja que hierva suave 10 minutos. Ahora toca armar: alterna salsa y pasta en el refractario. Termina con la Crème fraîche y un buen montón de gouda. Llévalo al horno a 180 grados, hornea 30-35 minutos hasta que esté dorada y burbujeante.
Eligiendo el queso ideal
Siempre elijo gouda para la cubierta: queda crujiente y dorada. A veces mezclo con mozzarella para que esté aún más suave, y si quiero un plus, le espolvoreo parmesano para levantar el sabor. Cada queso aporta algo así que prueba mezclas y encuentra tu favorita.
Prepárala con tiempo
Me encanta porque puedo montarla una noche antes y solo meterla al horno al día siguiente. Si sobra, la guardo en el refri hasta tres días y está espectacular recalentada.
Para cualquier ocasión
Esta lasaña me salva en todos lados. Ya sea cena en familia, visita de amigos, o un antojo fuerte, siempre funciona. Preparándola antes puedo estar tranquila y dedicarme a disfrutar mientras el horno hace su magia.

Versión sin carne
Para los que no comen carne, la cambio por lentejas o verduras mediterráneas. Zucchini, berenjena y champiñones hacen una mezcla buenísima. Si le sumas espinaca y ricotta queda aún más suave, y con las especias justas, el sabor no extraña nada la carne.
Cómo hacer la mejor costra
El truco para que el queso quede perfecto: le doy un golpe de grill los últimos 5 minutos. Así se dora parejo y salen esos trozos crujientes irresistibles. A menudo combino quesos, eso le da otro nivel.
Tips de sabor
Siempre juego con los condimentos. Un poquito de chile para el toque picante, hierbas frescas tipo italianas para aroma. A veces espolvoreo nuez moscada sobre la Crème fraîche y queda increíble.
Con qué la acompaño
Mi lasaña nunca va sola: va con ensalada verde crujiente y vinagreta, y si tengo tiempo, saco pan de ajo al horno. Si es noche especial, abro un vinito tinto y ya, no falta nada.

Ideal para guardar
Al día siguiente mejora porque los sabores asientan más. Si quiero esa costra crujiente, la meto al horno un par de minutos, o si tengo prisa, va al microondas y listo. Así nunca falta un platillo bueno en mi casa.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Es necesario cocinar las láminas de lasaña antes?
No hace falta, las láminas secas se ablandan con la salsa mientras se hornea.
- → ¿Puedo hacer la lasaña con anticipación?
Sí, puedes prepararla y guardarla en el refrigerador hasta por 24 horas antes de hornear.
- → ¿Por qué usar crema fresca en lugar de bechamel?
La crema fresca es una opción más rápida y hace que la lasaña sea igual de cremosa.
- → ¿Se puede congelar la lasaña?
Claro, la lasaña horneada se congela en porciones fácilmente y se recalienta sin problema.