01 -
Lava las patatas. Hiérvelas en agua salada durante 20 minutos. Pela y deja que enfríen. Si puedes, ponlas a reposar en la nevera toda la noche.
02 -
Corta las patatas en rodajas de unos 4-5mm de grosor. Trata de que queden del mismo tamaño.
03 -
Calienta muy bien la manteca clarificada. Coloca las patatas en la sartén en una sola capa. Déjalas sin mover por unos 3-4 minutos. Gíralas con cuidado y deja que se doren por el otro lado.
04 -
Añade la mantequilla. Échales sal. Decora con un poco de cebollino recién picado.