01 -
Precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo. Forra una bandeja o un molde ajustable con papel para hornear.
02 -
Ralla finamente la piel de los limones y exprime su jugo.
03 -
Bate la mantequilla ablandada con el azúcar durante un par de minutos hasta que tenga una textura cremosa. Luego, añade los huevos y mezcla bien. Ahora, incorpora poco a poco la harina, levadura, sal, jugo de limón y ralladura, removiendo hasta que quede una masa homogénea.
04 -
Extiende la masa sobre la bandeja preparada y alísala uniformemente. Llévala al horno durante unos 18-20 minutos. Comprueba la cocción introduciendo un palillo; si sale seco, está listo.
05 -
Deja que el pastel horneado se enfríe completamente sobre una rejilla y retira cuidadosamente el papel para hornear.
06 -
Mezcla el azúcar glas con 4-5 cucharadas de jugo de limón hasta obtener un glaseado espeso pero manejable. Asegúrate de que no quede demasiado líquido.
07 -
Esparce el glaseado uniformemente sobre el pastel ya frío y decóralo al gusto con rodajas o trozos de limón. Deja que el glaseado se seque bien antes de servir.