
La primera vez que preparé esta pasta cremosa con pesto, el olor a albahaca y ajo fresco llenó mi cocina y me transportó a los platillos caseros de mi abuela. No es una pasta cualquiera, de verdad. Entre el pollo jugoso, pesto hecho en casa y dos tipos de quesos derretidos, queda para lucirse. Y en menos de media hora, tienes algo que sabe a restaurante italiano de los buenos.
El jueves pasado le di esto a mi club de lectura y María no se fue hasta que le apunté cómo hacerlo. ¿El truco? Siempre hago salsa de más, porque a todos nos encanta limpiar el plato con pan y no dejar ni gota de crema.
Ingredientes Clave
El pesto casero de albahaca le da toda la onda y aroma al plato. La nata para montar hace que la salsa quede irresistiblemente suave, abrazando cada pasta. El queso parmesano, cuanto más curado mejor, aporta ese toque salado intenso que enamora. El mozzarella es el secreto para ese estirón cremoso que encanta a todos. La pasta penne, con sus ranuras, agarra todo. Las pechugas de pollo, bien sazonadas, doran de lujo. El ajo fresco—nada de botes aquí. Una mezcla italiana de especias que tengo guardada para realzar el sabor del pollo.

Pasos Detallados
- El remate:
- Ya con tu salsa bien cremosa, mézclale el pesto sin miedo. Agrega la pasta y el pollo, que ya tienes listos, y revuelve suavemente. ¿Se espesó mucho? Échale un poco del agua de cocción que apartaste—salva la situación de maravilla.
- Cómo arrancar:
- Llena tu olla más grande de agua fría hasta casi el tope. Mientras se calienta, yo voy adelantando los demás ingredientes. Cuando hierva con fuerza, ponle sal hasta que al probar sepa a mar. Echa la pasta y pon timer un minuto menos de lo que dice el paquete.
- Pechuga doradita:
- Mientras la pasta se cuece, parte el pollo en trozos de buen tamaño para que los puedas mezclar fácil con la pasta. Sazónalos bien: mezcla de especias italianas, ajo, sal y pimienta negra. Calienta tu sartén a fuego fuerte hasta que caiga una gotita de agua y baile, entonces agrega un chorrito de aceite de oliva y dora el pollo sin moverlo para que agarre colorcito.
- Magia para la salsa:
- Comienza derritiendo mantequilla en la sartén, que se haga espumosa pero sin quemarse. Agrega harina y bate sin parar para evitar grumos. Vierte la nata caliente poco a poco, batiendo siempre. Cuando espese, pon los quesos de a puñados y sigue moviendo con calma. Aquí la clave es la paciencia: si corres, se hace grumosa y ya no queda tan suave.
Mi hija menor pide este plato cada semana. El mes pasado quiso esto para su cumpleaños en vez de salir a cenar. En ese momento supe que esto sí es parte de nuestra familia. El pesto fresco me recuerda los veranos cortando albahaca en el jardín mientras las abejas van y vienen.
Compañeros Ideales
Lo mejor que le puedes poner de lado es una ensalada fresca y crujiente. Yo combino rúcula picante, jitomates cherry y apenas un aliño de limón. El fin de semana igual cae bien un pan de ajo: pan bueno, mantequilla, ajo y un poco de perejil encima, directo al horno. No necesitas nada complicado.
A Tu Gusto
Si busco darle un giro, cambio el pollo por camarones o bien, champiñones si viene mi sobrina vegetariana. Cuando es temporada, añado jitomates cherry y dejan la salsa increíble. Puedes hacerlo con media crema si quieres aligerar un poco, pero la verdad, con nata entera es una delicia única.
Que Quede Fresco
Guárdalo en la nevera y sigue bueno unos cuatro días aunque dudo que llegue a durar tanto. Para recalentarlo, ve de a poco, con splash de nata o leche para que la salsa recupere su textura. Hazlo a fuego bajo y revuelve de vez en cuando. El micro sirve también, pero en sartén te queda mucho mejor.

Tras muchos intentos y cambios, noté que una buena pasta no es sólo seguir instrucciones, es cacharle cómo se llevan los ingredientes. Todavía escucho a mi abuelita diciéndome: ten paciencia con la salsa, prueba siempre y hazlo con cariño. Cada vez que la preparo, sea para la familia o para un encuentro especial, todos nos reunimos a la mesa y se van creando recuerdos, bocado a bocado.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo agregar verduras?
- Sí, prueba con espinacas, tomates secos, calabacín, champiñones o tomates cherry.
- → ¿Cómo evito que el queso se agrupe?
- Añade la mozzarella poco a poco, removiendo bien entre cada adición para que no se apelmace.
- → ¿Se puede congelar este plato?
- Sí, congélalo hasta por 4 meses. Primero enfríalo por completo y caliéntalo suavemente con un poco de leche adicional.
- → ¿Puedo usar menos queso?
- Claro, empieza con la mitad y ajusta según tu gusto.
- → ¿Cuánto duran las sobras?
- Refrigéralas hasta por 4 días o congélalas hasta por 4 meses.