
Pollo doradito en una salsa cremosa de mantequilla y limón—si buscas algo que te abrace el alma, esto es. Este platillo es mi as bajo la manga para cenas con invitados. Tomás pechugas normales y, en menos de nada, logras algo digno de restaurante. El toque especial viene por los alcaparrones y el perejil fresco, creando una mezcla sabrosa que pide pan o pasta para no dejar ni una gota.
El otro día lo preparé para unos amigos y Julia, mi colega, no se fue hasta que le conté mis trucos. Magia pura eso de juntar limón y mantequilla: queda una salsa sabrosa pero nada pesada. Es mi salvavidas cuando quiero dejar boquiabiertos a todos sin complicarme la vida.
Ingredientes clave
- Pechugas de pollo: Elige las que sean parecidas en tamaño
- Limones frescos: Olvídate del jugo embotellado, acá solo natural
- Buena mantequilla: Aquí está el secreto del sabor
- Alcaparras: Dan ese toque salado que lo cambia todo
- Vino blanco seco: Usa uno que beberías, nada raro
- Perejil fresco: Para ese verde brillante y mucha frescura

Instrucciones detalladas
- Paso 8:
- Pon las pechugas ya doradas de vuelta en la sartén. Baña con la salsa y sírvelas de inmediato encima de una buena pasta o junto a una barra de pan recién horneado.
- Paso 7:
- Agrega los alcaparrones y bastante perejil cortado. Revuelve para mezclar todo bien.
- Paso 6:
- Vierte el vino y raspa todo lo que se pegó al fondo. Echa también el caldo de pollo y jugo de limón. Deja que hierva suave hasta que la salsa espese un poco.
- Paso 5:
- Ahora, el momento especial: mismo sartén, añade mantequilla y ajo picado. Solo deja que el ajo suelte aroma, no dejes que se tueste. Echa una pizca de harina y mezcla bien.
- Paso 4:
- Pon las piezas de pollo con cuidado cuando el aceite esté ya burbujeando. Deja que se doren unos 4 minutos por cada lado. No llenes la sartén, mejor hazlo en tandas si hace falta.
- Paso 3:
- Calienta la sartén a fuego medio y agrega mantequilla y aceite de oliva. Cuando empiece el chisporroteo, eso es lo que buscas.
- Paso 2:
- Sazona ambos lados con sal y pimienta con limón, luego, una capita liviana de harina para que agarren una costra rica, pero sin parecer empanizados.
- Paso 1:
- Arranca cortando las pechugas por la mitad, de forma horizontal. Ponlas entre papel film y golpéalas suavemente hasta que tengan un grosor de poco menos de un centímetro. Esto marca la diferencia en cómo se cocinan.
Aprendí la base de este platillo gracias a María, una vecina muy sabia. Ella siempre me decía: si usas limones frescos y buena mantequilla, ya ganas la mitad del camino. Ahora tengo clarísimo que, en lo básico, no hay que ahorrar ni hacer trampas.
Capas de sabor hacen que este plato destaque.
Cada paso suma algo: desde la costra dorada del pollo hasta esos pedacitos que quedan pegados en la sartén y se funden en la salsa.
Hace poco mi hijo, que nunca repite plato, se terminó pidiendo más. Eso me confirmó que esto es algo especial. La sazonada del pollo y la salsa cremosa ganan hasta al más exigente.

Trucos útiles del chef
- Ten cuidado con el fuego, si te pasas la salsa se rompe fácil
- Seca las alcaparras antes de tirar a la sartén, así no salta todo
- La salsa se pone deliciosa si la dejas reducir con calma, no te aceleres
He preparado este plato infinidad de veces y nunca falla. Es una alegría ver cómo una salsa hecha de cero, con tus manos, queda espectacular. A veces lo sencillo es lo que más sorprende.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué golpear el pollo?
- Para que tenga un grosor uniforme y se cocine rápido y parejo.
- → ¿Puedo omitir el vino?
- Claro, reemplázalo con más caldo de pollo. El vino añade sabor, pero no es imprescindible.
- → ¿Qué vino blanco debo usar?
- Utiliza un vino seco como Pinot Grigio o Sauvignon Blanc.
- → ¿Se puede preparar con antelación?
- Es mejor recién hecho, pero la salsa puede prepararse antes y añadir el pollo al recalentar.
- → ¿Qué acompañamientos quedan bien?
- Fideos finos, puré de papas o arroz. Añade verduras al vapor para un plato completo.