
Un filete de pollo frito bien hecho tiene una costra crujiente dorada por fuera y carne jugosa que no se seca nunca. Cuando haces este clásico en casa, una pechuga sencilla se transforma en un plato que encanta a grandes y chicos. El truco está en empanizar bien y darle cariño al cocinarlo.
En la última comida familiar todos hablaban de lo crocante que quedó. Lo que hace la diferencia es el uso de panko y manteca clarificada — pasa de ser un filete normal a algo especial.
Ingredientes imprescindibles
- Pechuga de pollo: Mejor si compras fresca y de buen grosor. Fíjate que sea de crianza local para más sabor.
- Panko: Eso le da la crocancia incomparable. El panko, que tiene pedazos más grandes, hace la costra más ligera.
- Manteca clarificada: Perfecta para freír porque aguanta el calor y le da aroma mantequilloso. Si no encuentras, usa mantequilla sin sal derretida o aceite de oliva suave.
- Huevos frescos: Los que recién compras agarran mejor la cobertura.
- Harina de trigo estándar: Es la que mejor ayuda a que todo se adhiera bien.

Cómo te sale de diez
- Preparar la carne:
- Hazle un corte tipo mariposa a la pechuga. Cúbrela con film y aplánala con un mazo o rodillo, suave para que no se rompa. Hazlo desde el centro hacia los bordes.
- Listar para empanizar:
- Pon tres platos: en uno la harina con sal, en otro bate los huevos con pimienta, y en el último el panko con un poco de sal.
Empanizado perfecto
Pasa primero el pollo por la harina y sacude el exceso. Luego báñalo en huevo y deja que escurra bien. Al último rebózalo en panko, pero sin pegarlo demasiado. Déjalo reposar unos minutos para que la cobertura se mantenga bien puesta.
Freír con manteca clarificada es el secreto. Le da ese saborcito que recuerda a los filetes de la abuela. Ella siempre tenía una sartén llena lista justo para eso.
Acompañamientos que van bien
Con una ensalada de papa cremosa queda fenomenal. Si prefieres algo fresco, ponle lechugas aliñadas con limón. Y si hay peques, unas papas caseras no fallan.
Ideas diferentes
Puedes cambiar el relleno básico con mantequilla de hierbas para que quede aún más jugoso. Si quieres potenciar el crujiente, agrégale una capa de queso. O si buscas hacerlo más ligero, utiliza una freidora de aire.

Conservar correctamente
Recién hecho siempre es mejor. Si te sobra, guárdalo en la nevera y caliéntalo en el horno a 180 grados al día siguiente. No lo metas al microondas o la costra se pondrá blandita.
Después de probar mil formas, la que más me funciona es esta. Lo más importante es usar ingredientes buenos y preparar todo con calma. Sigue estos pasos y te va a salir ese filete de pollo crocante que todos disfrutan.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué se golpea la carne entre plástico?
- Golpearla entre plástico evita salpicaduras y deja el grosor uniforme, logrando una cocción rápida y homogénea.
- → ¿Puedo usar pan rallado normal en lugar de panko?
- Claro, el pan rallado funciona bien. Sin embargo, el panko da una textura más ligera y crujiente.
- → ¿Cómo sé si el pollo está bien cocido?
- Después de unos 4 minutos por lado, debe estar dorado. Si dudas, corta la parte más gruesa para verificar.
- → ¿Puedo empanizar los filetes con antelación?
- Puedes hacerlo hasta 2 horas antes si los guardas en la nevera. Más tiempo podría suavizar el empanizado.
- → ¿Qué guarniciones combinan mejor?
- Las opciones clásicas son ensalada de papa o papas fritas. También van bien ensaladas verdes o papas doradas.