
La mezcla de pollo tierno con cebollas caramelizadas en una salsa cremosa convierte este plato en un favorito familiar. Con pocos ingredientes y pasos sencillos, crearás una comida sabrosa que conquista por su textura suave y sabor equilibrado.
La primera vez que preparé esta receta para mi familia, me sorprendió lo fácil que fue crear algo tan delicioso. El proceso de caramelizar las cebollas da un dulzor natural que va de maravilla con la nata, convenciendo incluso a quienes no son tan fans de la cebolla.
Ingredientes esenciales
- Pechuga de pollo: Es la base rica en proteínas que destaca por su textura suave y sabor delicado
- Cebollas: Al caramelizarse se vuelven dulces y aportan el sabor característico del plato
- Nata: Da la consistencia cremosa y une todos los sabores en una salsa armoniosa
- Caldo de pollo: Añade profundidad e intensifica el sabor de todo el plato
- Especias: La mezcla de tomillo, perejil y pimentón completa el perfil de sabores

Preparación paso a paso
- Preparativos iniciales:
- Pela los ajos y pícalos finamente o pásalos por un prensador. Corta las cebollas por la mitad, quita la piel y córtalas en medias lunas uniformes. Lava la pechuga de pollo, sécala con papel de cocina y córtala en tiras del grosor de un pulgar. Cortar todas las piezas del mismo tamaño asegura que se cocinen por igual.
- Dorar el pollo correctamente:
- Calienta una sartén grande o cacerola a fuego medio-alto con un poco de aceite. Dora el pollo en tandas para que quede crujiente por fuera pero jugoso por dentro. Sazónalo con sal, pimienta y pimentón mientras se cocina. Retira el pollo y resérvalo, dejando los jugos en la sartén.
- Caramelizar las cebollas:
- Baja un poco el fuego y en la misma sartén, añade las rodajas de cebolla junto con el ajo picado. Remueve con frecuencia hasta que las cebollas estén blandas y doradas. Agrega el azúcar moreno por encima y remueve hasta que se caramelicen, adquiriendo un tono dorado y desprendiendo un aroma ligeramente dulce.
- Preparar la salsa:
- Espolvorea la harina sobre las cebollas caramelizadas y cocina removiendo durante un minuto para eliminar el sabor a crudo. Vierte el caldo de pollo, raspando el fondo de la sartén con una cuchara de madera para incorporar todos los sabores. Añade la nata y deja que la salsa hierva suavemente. Incorpora el perejil picado, el tomillo seco y un chorrito de limón. Deja que la salsa se cocine a fuego lento unos 5-10 minutos hasta que espese ligeramente.
- Combinación final:
- Devuelve las tiras de pollo a la sartén y mézclalas con cuidado en la salsa. Para darle más cremosidad, puedes añadir un puñado de queso rallado. Prueba y ajusta la sazón con sal, pimienta y más zumo de limón si hace falta. Deja cocinar otros 10 minutos a fuego lento para que los sabores se mezclen bien y el pollo absorba la salsa.
Mi familia adora este plato especialmente en las tardes frescas de otoño. El aroma de las cebollas caramelizándose crea un ambiente acogedor en la cocina. Lo más práctico es que puedo prepararlo el día anterior, ya que los sabores incluso se intensifican si pasa la noche en la nevera.
Ideas de acompañamiento
Este plato cremoso combina con muchas guarniciones. La opción clásica son los fideos, especialmente los tallarines anchos o tagliatelle que absorben muy bien la salsa. También va genial con arroz, siendo el basmati una excelente elección por su aroma. Para una versión más tradicional, prueba con patatas al perejil recién hechas o un puré esponjoso que complementa perfectamente la cremosidad de la salsa.
Variaciones
Con pequeños cambios puedes transformar la receta básica:
- Para un sabor más intenso, añade un chorrito de vino blanco al desglasar
- Si te gustan los sabores del bosque, incorpora champiñones o boletus salteados
- Para un toque picante, agrega unas hojuelas de chile o pimienta negra recién molida
- Para una versión mediterránea, incluye tomates secos y albahaca fresca

Conservación
Este plato es perfecto para preparar con antelación y a menudo sabe mejor al día siguiente, cuando los sabores han tenido tiempo de mezclarse. En un recipiente hermético se conserva en la nevera hasta 3 días. Para recalentarlo, simplemente caliéntalo a fuego medio en una cacerola y añade un poco de caldo o nata si la salsa se ha espesado demasiado. También puedes congelarlo en porciones y se mantiene bien en el congelador hasta 2 meses.
Después de preparar este plato muchas veces, he descubierto que la clave está en la paciencia. Tómate tu tiempo para caramelizar bien las cebollas y reducir la salsa lentamente; eso marca la diferencia entre un plato bueno y uno extraordinario. La combinación de cebollas dulces, pollo tierno y salsa cremosa es un verdadero placer que cautiva incluso a los paladares más exigentes.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar otro tipo de carne?
- Claro, también queda genial con pechuga de pavo, lomo de cerdo, o carne de res en tiras. Ajusta el tiempo de cocción según el tipo de carne.
- → ¿Cómo hago una versión más ligera?
- Puedes cambiar la crema por leche, o usar una mezcla de leche y yogur. La nata para cocinar con menos grasa o soya también funcionan bien.
- → ¿Se puede preparar con antelación?
- Sí, el sabor será incluso más intenso al día siguiente. Guarda bien tapado en la nevera y calienta a fuego medio. Si hace falta, agrega un poco de líquido.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de harina para espesar la salsa?
- Para una versión sin gluten, prueba con fécula de maíz, harina de arrurruz, o una mezcla libre de gluten. Mézclala primero con líquido frío para evitar grumos.
- → ¿Qué hierbas le van bien al plato?
- Además de perejil y tomillo, también combinan bien romero, estragón u orégano. Las hierbas frescas intensifican el sabor y es mejor agregarlas justo antes de servir.
- → ¿Qué hago si la salsa está muy líquida?
- Déjala hervir un poco más para reducirla. También puedes agregar una cucharadita de fécula de maíz disuelta en agua fría y mezclar bien.