01 -
Calienta la leche hasta que esté a punto de hervir, retírala del fuego y añade la mantequilla. Remueve hasta que se derrita y déjala enfriar hasta que esté tibia
02 -
En un bol grande, combina 2 1/4 tazas de harina, levadura, azúcar, sal y ralladura de limón. Agrega el huevo y la mezcla de leche, y mezcla bien. Añade el resto de la harina poco a poco mientras remueves
03 -
Pasa la masa a una superficie enharinada y amasa hasta que quede suave, unos 5 minutos (o usa una batidora con gancho de masa). Debe rebotar al presionarla ligeramente
04 -
Cubre la masa con un paño húmedo y déjala reposar durante 10 minutos
05 -
Extiende la masa en un rectángulo de 30x23 cm. Unta la compota de fresas y, si quieres, espolvorea con canela
06 -
Divide la masa en 12 tiras iguales usando un cortador de pizza. Enrolla cada tira y colócala en un molde para hornear
07 -
Cubre los rollos y déjalos en un lugar cálido hasta que doblen su tamaño, unos 45 minutos
08 -
Hornea a 175°C de 23 a 25 minutos, hasta que estén dorados
09 -
Bate la mantequilla con el queso crema hasta que quede suave. Incorpora la compota y el azúcar glas poco a poco. Ajusta la consistencia añadiendo crema o leche según sea necesario
10 -
Deja enfriar los rollos 10 minutos, decora con rodajas de fresas frescas si te apetece, y cúbrelos con la crema preparada. Sírvelos en caliente