
Esta sopa italiana de color dorado transforma verduras sencillas en un plato que abraza el cuerpo y reconforta el ánimo. Llena de ingredientes que nutren y con pastina suave, esta versión vegana se prepara en solo media hora, ideal para esos días en los que te sientes decaído o solo quieres un tazón que te haga sentir mejor.
Cuando hace frío en invierno, siempre preparo esta sopa. La casa huele increíble cuando las verduras hierven despacito, y hasta mi sobrino, que es reacio a los vegetales, pide repetir cuando la hago.
Ingredientes claves
- Ajo y cebolla frescos: Busca cabezas firmes, sin zonas blandas. Son el saborcito básico que le da vida al caldo
- Jengibre fresco: Elige piezas duritas y fragantes, sin arrugas ni moho. Da un toque calentito y ayuda a la digestión
- Zanahorias: Mejor que estén bien naranjas, duras y crujientes. Por ellas el caldo queda tan dorado y dulzón
- Apio: Ramas firmes y verdes. Aunque no lo comas crudo, en la sopa se suaviza y aporta sabor profundo
- Pastina: Estas pastas pequeñitas son típicas. Pero sirve cualquier fideo pequeño, tipo estrellas o letras
Detrás de cada plato de esta sopa hay recuerdos de mi abuela enseñándome la importancia de usar ingredientes frescos y buenos. Decía que cuanto mejores sean los ingredientes, más cariño te devuelve el plato.

Pasos detallados para prepararla
- Paso 9:
- Pon la pastina cocida en cada plato y sirve el caldo dorado encima. Remata con pimienta negra fresca y perejil picadito
- Paso 8:
- Pasa el puré a la olla y mezcla suavemente. Prueba y ajusta la sal si hace falta
- Paso 7:
- Agrega a la licuadora dos tazas del caldo dorado. Espera un poco a que baje la temperatura y tritura hasta que todo quede super suave
- Paso 6:
- Cuando las verduras estén tan blandas que el tenedor las atraviese sin esfuerzo, sácalas con una espumadera y llévalas a la licuadora
- Paso 5:
- Ve cocinando la pastina en otra olla con agua salada. Así la pasta no absorbe todo el caldo y quedará en su punto justo
- Paso 4:
- Baja el fuego para dejar que hierva suavecito. Tapa dejando un pequeño hueco y déjalo cocinar por unos 25 minutos
- Paso 3:
- Coloca todas las verduras en el liquido hirviendo y añade un poco de sal. Fíjate cómo el caldo cambia a un color dorado por la zanahoria
- Paso 2:
- Mientras se calienta el líquido, corta la cebolla y el apio en trozos iguales de unos 0,5 cm para que todo se haga parejo. Pica el ajo y ralla el jengibre bien finito
- Paso 1:
- Pon el agua o caldo vegetal a hervir despacio en una olla grande y gruesa, que ayuda a que no se pegue y a repartir el calor bien
Beneficios extra y curiosidades
La magia reconfortante de este caldito va mucho más allá del sabor. Cada ingrediente está puesto pensando en ayudarte:
- El ajo y el jengibre trabajan a dúo para mejorar tus defensas y que resistas los cambios de clima
- La combinación de zanahoria y apio suma muchas vitaminas y minerales que dan energía
- Es antiinflamatoria por naturaleza, así que va muy bien si te notas flojito
- Al cocinarse suave, los nutrientes se conservan y el cuerpo los aprovecha fácil
De pequeño, mi madre siempre ponía un poco más de jengibre si nos veía resfriados. El toque picante inmediatamente nos hacía sentir más fuertes, y hasta hoy ese saborcito es mi favorito.
Servir y guardar
Un tazón de esta sopa gana mucho si lo presentas con pan integral crujiente al lado, perfecto para mojar. Si quieres, prueba con un hilo de buen aceite de oliva arriba. Se mantiene bien en la nevera, en un recipiente cerrado, hasta cuatro días. Va de lujo para dejar ya hecha parte de las comidas de la semana.
Hazla a tu manera
Puedes darle tu toque propio. Añade hojas de espinaca justo antes de servir para más nutrientes o mezcla unos frijoles blancos ya cocidos si quieres más proteína. La base es tan fácil que puedes probar con lo que tengas y lo que se te antoje.

Ideas para según la estación
Esta sopa puede ir cambiando con cada época del año. En verano, agrégale hierbas frescas y un poco de ralladura de limón para que sea más ligera. En otoño, queda genial con boniato o calabaza. En invierno, suma más ajo y jengibre para que sea bien calentita. Y en primavera, echa verduras tiernas de temporada.
Con los años descubrí que esto es más que un simple plato, es una forma de cuidarnos y cuidar a los demás. En los días en los que estás apagado o cuando apetece algo que abrace, la sopa italiana penicilina siempre cumple. Sus ingredientes sencillos y el tiempo a fuego lento se combinan en algo de verdad especial. Siempre que la hago recuerdo que lo básico a veces es lo que más reconforta.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué se llama Penicilina Italiana?
- Al igual que la sopa de pollo (penicilina judía), es una sopa reconfortante ideal cuando te sientes mal.
- → ¿Qué es la pastina?
- Son pequeñas pastas en forma de estrella, pero puedes usar alternativas como orzo o mini conchas.
- → ¿Puedo prepararla con antelación?
- Sí, pero guarda la pasta por separado para que no se ablande. Mézclala al servir.
- → ¿Cómo puedo hacerla más sustanciosa?
- Agrega lentejas rojas al cocinar o mezcla anacardos para darle una textura más cremosa.
- → ¿Se puede congelar esta sopa?
- Congela solo el caldo sin la pasta. Cocina la pasta fresca al momento de servir.