
La vida a veces nos sorprende y nos lleva por caminos inesperados. Cuando tenía poco más de veinte me lancé de improviso a Antalya buscando algo de aire porque andaba un poco perdida. Allí no solo encontré sol sino también el alivio de una sopa caliente que me enseñó que lo sencillo muchas veces repara más de lo que uno cree.
Fabulosa inspiración en Estambul
Años después terminé otra vez en Turquía, esta vez en Estambul y embarazada. Nunca había sentido los sabores tan fuertes como entonces. Un día en una pequeña cocina probé una sopa de lentejas increíble. El aroma, las especias, ese calor... supe que tenía que llevar la idea conmigo a casa sí o sí.
El corazón de la sopa
Para mi versión de esta sopa que calienta el alma no hace falta complicarse. Lo más importante son 200g de lentejas rojas, porque son las que aportan el toque cremoso y toda la energía. Un par de chalotas picadas y una zanahoria cortada en daditos hacen que arranque bien de sabor. El truco está en dos cucharadas de aceite de oliva y una de concentrado de tomate para empezar a darle rollo. Para mí, lo que no puede faltar: comino, un poco de cilantro molido y pizca de chile triturado. Todo esto se junta con un litro de caldo de verduras. Al final, sólo tienes que decorar con semillas de ajonjolí negro y unas hojas de cilantro fresco.
Así la preparo en casa
Prepararla es facilísimo y lo que más me gusta es cómo va creciendo el aroma en la cocina. Comienzo troceando las chalotas y la zanahoria bien pequeño. Caliento el aceite en una olla grande y echo primero las chalotas para que suden un poco. Luego agrego la zanahoria, que se sofría solo un ratito. El mejor momento: añadir las especias y el concentrado de tomate. En serio, huele brutal. Después echo las lentejas lavadas, el caldo y dejo que se cocine suave. En unos 20 minutos, cuando están suaves las lentejas, paso la batidora solo un poco. Tiene que quedar con algo de textura, no perfecta. Ya al final, por arriba van las semillas de ajonjolí negro y el cilantro fresco. Listo.
Increíble comida reconfortante
Durante un montón de momentos esta sopa me ha acompañado. Da calor cuando hace frío, consuela si el ánimo falta, y es genial para arrancar la noche tranquilo. El olor que inunda la casa siempre me lleva de vuelta a Estambul.
Todo está en las especias
La mezcla de especias es lo que hace diferente esta sopa. El comino aporta profundidad, el cilantro la chispa oriental y la guindilla la calienta sin pasarse. Si algo aprendí de la cocina turca es que las especias son el alma verdadera de cualquier plato.

Consistencia perfecta
El truco de la sopa está en cómo la trituras. Nunca la hago puré total, siempre dejo trocitos. Así tiene carácter y sigue siendo cremosa. Voy probando a ratitos hasta que noto que está justo como me gusta.
Totalmente vegetal
Lo que más me gusta de esta sopa es que no lleva nada de origen animal y aun así está súper sabrosa. El caldo de verduras le da esa profundidad y las lentejas la hacen espesa y tierna. Ni los fans de la carne pueden evitar repetir siempre.
El poder de las lentejas
Las lentejas rojas son para mí auténticos tesoros. Cocinan rapidísimo, quedan suaves, y tienen ese color bonito y dorado. En la sopa logran que quede cremosa y nutritiva, cargada de proteínas y fibra. Desde que estuve embarazada les tengo aún más cariño.
Mucho más que un plato de cuchara
Cada vez que hago esta sopa me llegan recuerdos de Estambul. Las calles, el olor a especias, aquellos pequeños restaurantes... Es como traer un cachito de esa magia a mi casa. Esta sopa es más que una comida, es una historia que quiero seguir contando.
Para cuando vienen visitas
No hay nada como esta sopa cuando tengo invitados. Se puede dejar hecha con antelación y siempre sorprende. Sirve preciosa en boles pequeños, el ajonjolí encima, pan tipo pita al lado... La cara de los amigos siempre es un regalo.
Para todos los días y siempre especial
Cuando ando liada y no tengo tiempo, esta sopa me salva. En menos de treinta minutos tengo algo listo que me sienta genial, llena y reconforta. Los ingredientes: casi siempre los tengo ya en casa. Me la sé de memoria, parece que la canto como un viejo hit.

El toque final
Lo de arriba acaba de rematar la sopa. El ajonjolí negro le da chispa y el cilantro fresco la refresca. Si tengo en casa, echo unos piñones tostados. Que crujan junto a la crema es lo mejor del mundo.
Preparar con antelación
Muchas veces hago bastante porque al día siguiente está todavía mejor. En la nevera se conserva bien un par de días. Al calentarla, si está densa, solo añado un chorrito de agua caliente y queda otra vez perfecta. Un tupper de esta sopa es como un seguro de comidas en el congelador.
La magia está en las especias
El comino y el cilantro marcan la diferencia aquí. Dan ese toque auténtico que me transporta de vuelta a las cocinas de Estambul. Si puedes, usa las versiones recién molidas, huelen increíble cuando se doran en el aceite caliente.
Hazla tuya
Con el tiempo he probado a hacerla con variaciones. A veces uso lentejas amarillas o un poco de cúrcuma para dar más color. Si te gusta el picante, mete más chile. Es una base fantástica para inventar, cada versión tiene su estilo.
Sabor y salud
Lo bonito de esta sopa es que además de deliciosa, sienta fenomenal. Las lentejas son pura proteína, las especias mejoran la digestión y el caldo vegetal da ese calorcito interior. Cada cucharada es como parar el mundo y cuidarte un ratito.
Sirve para todo momento
Esta sopa de lentejas va bien para todo. Como comida ligera, entrante o cena acogedora. Luce igual de bien en una mesa con invitados que en plan chill en el sofá un domingo. Es tan versátil que en mi cocina ocupa un lugar fijo.
Un pedazo de Turquía aquí
Cuando preparo esta sopa siento que traigo un poquito de Estambul a mi hogar. Los sabores se mezclan con recuerdos creando algo que no se puede describir, es más que la suma de sus partes. Cocinar así es construir puentes entre culturas y personas.

Mi plato del alma
Lo que empezó como un hallazgo inesperado en un momento duro ahora es de mis platos favoritos. Esta sopa de lentejas me recuerda que, a veces, lo más simple es lo mejor. Para mí, no es solo comida es como recibir un abrazo en forma de sopa. Por eso le tengo tanto cariño.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Qué es Isot Biber y cómo sustituirlo?
El Isot Biber es un tipo de chile turco. Puedes reemplazarlo con hojuelas de chile normales, usando solo una cuarta parte de la cantidad.
- → ¿Por qué se deben enjuagar las lentejas?
Al enjuagarlas se elimina el polvo y el exceso de almidón. Así la sopa queda más clara y las lentejas se cocinan mejor.
- → ¿La sopa tiene que ser licuada?
Licuar la sopa le da una textura cremosa, típica de esta versión turca. También puedes servirla sin licuar.
- → ¿Qué acompañamientos van bien?
Normalmente va con pan turco. Un poco de yogur natural y cilantro fresco completan el plato.
- → ¿Se puede preparar con antelación?
Es perfecta para hacer con tiempo y recalentar. Ganará más sabor si reposas la sopa.