01 -
Quita las uvas de sus tallos. Lávalas bien y sécalas completamente con toallas de papel. Es crucial que estén completamente secas para que la gelatina se adhiera correctamente.
02 -
Llena un tazón pequeño con 1 taza de agua. Coloca cada sabor de gelatina en platos o moldes pequeños, ordenándolos en fila para facilitar el proceso de cobertura.
03 -
Cubre una bandeja con papel encerado para evitar que las uvas se peguen mientras se congelan. Asegúrate de que la bandeja quepa en tu congelador.
04 -
Inserta un palillo de dientes en cada uva. Esto hará el proceso de recubrimiento más limpio y sencillo, ya que no tendrás que tocarlas directamente.
05 -
Sumerge una uva con palillo brevemente en el agua, solo lo suficiente para humedecer la superficie. Luego, pásala inmediatamente por la gelatina en polvo que hayas elegido hasta que esté completamente cubierta. Sacude el exceso de polvo.
06 -
Pon las uvas recubiertas sobre la bandeja preparada. Repite el proceso con el resto de las uvas, organizándolas en una sola capa y dejando espacio entre ellas para que no se peguen.
07 -
Si quieres un toque dulce y picante, espolvorea ligeramente Tajín o chile en polvo sobre algunas uvas recubiertas justo después de añadir la gelatina.
08 -
Lleva la bandeja con las uvas recubiertas al congelador y déjalas por al menos 1 hora o hasta que estén completamente congeladas.
09 -
Una vez congeladas, retira los palillos si prefieres o déjalos para servir. Disfrútalas al momento. Para almacenarlas, transfiérelas a un recipiente hermético o bolsa para congelador y guárdalas en el congelador.