
Esta cazuela combina el confort italiano y la sencillez de una cena rápida en un solo sartén de pollo con pasta al estilo parmesano. Trozos dorados de pollo se mezclan con pasta penne, todo bañado en una salsa de tomate casera y cubierto con queso derretido. Este plato transforma el clásico favorito de restaurante en una comida familiar fácil que ofrece la misma satisfacción en la mitad del tiempo.
Anoche preparé esto para mi familia después de un día particularmente ajetreado. Mientras el aroma del ajo y las hierbas llenaba la cocina, todos se acercaron a la estufa preguntando cuándo estaría lista la cena. Hay algo mágico en cómo el queso y la salsa de tomate pueden unir a las personas.
Ingredientes fundamentales
- Pechugas de pollo: La proteína principal debe cortarse en trozos uniformes para una cocción perfecta. Busca pechugas de tamaño similar o corta las más gruesas en mariposa
- Pasta penne: Estos pequeños tubos atrapan la salsa y trocitos de queso, asegurando sabor en cada bocado. Su exterior estriado se agarra maravillosamente a la salsa
- Salsa de tomate: Elige una de buena calidad ya que es un sabor dominante. Los tomates pera son una base increíble si la haces casera
- Queso parmesano: Recién rallado aporta más sabor - el ya rallado no tiene el mismo punch y no se derrite tan suavemente
- Queso mozarella: Crea esos irresistibles hilos de queso que hacen este plato digno de Instagram. Tanto fresco como semi-curado funcionan de maravilla

Instrucciones detalladas
- Preparación de la pasta:
- Pon a hervir una olla grande con agua bien salada
- Cocina la pasta hasta que esté al dente, guardando un poco del agua de cocción
- Escurre mientras aún está ligeramente firme porque seguirá cocinándose en la salsa
- Magia del pollo:
- Sazona el pollo generosamente con sal, pimienta y hierbas italianas
- Cocínalo en un sartén caliente hasta que esté dorado por todos lados
- Retíralo y déjalo reposar antes de devolverlo al plato
- Sinfonía de la salsa:
- Calienta bien el sartén antes de añadir la salsa de tomate
- Deja que burbujee y se reduzca ligeramente para concentrar sabores
- Añade gradualmente el agua reservada de la pasta para crear la consistencia perfecta
Algunos de mis recuerdos más entrañables en la cocina involucran hacer este plato con mi hija. Ella se ha convertido en la espolvoreadora oficial de queso, y su cara se ilumina cada vez que ve aparecer las primeras burbujas en la mozzarella derretida. Le ha enseñado que las comidas increíbles no requieren técnicas complicadas ni ingredientes lujosos.
El arte de cocinar en un solo sartén
Hay algo profundamente satisfactorio en ver cómo este plato se forma en un solo sartén. Cada capa se construye sobre la anterior, creando una sinfonía de sabores imposible de lograr si se cocinaran por separado. El pollo absorbe sabor durante el dorado, luego comparte esa riqueza con la salsa. La pasta absorbe todos estos hermosos sabores mientras libera justo el almidón suficiente para crear un acabado sedoso.
Acompañamientos ideales
Este contundente plato pide una ensalada verde crujiente aliñada simplemente con aceite de oliva y zumo de limón. Un poco de pan de ajo resulta perfecto para mojar hasta la última gota de salsa. Para los amantes del vino, un tinto italiano de cuerpo medio como un Tempranillo complementa los sabores maravillosamente sin abrumarlos.
Aventuras de sabor
Transforma esta receta básica en tu propio plato estrella jugando con diferentes ingredientes. Añade champiñones salteados para un toque terroso, o incorpora espinacas frescas para más nutrición. Cambia la mezcla de quesos con manchego o queso de cabra. Durante los meses de verano, añade tomates cherry frescos y albahaca para un giro fresco de huerto.
Éxito en la conservación
Mantén este plato reconfortante fresco guardándolo en un recipiente hermético. Los sabores realmente se desarrollan durante la noche, haciendo que las sobras sean algo que esperar con ansias. Al recalentar, añade un chorrito de agua o salsa extra para recuperar esa consistencia perfecta. Un rápido paso por el grill puede revivir esa capa crujiente de queso.

Cada vez que hago esta pasta con pollo parmesano, me acuerdo que las mejores comidas familiares a menudo vienen de ingredientes simples cocinados con cariño. La forma en que el queso se estira con cada bocado, cómo la salsa se adhiere a cada trozo de pasta y, lo más importante, las sonrisas satisfechas alrededor de mi mesa hacen de este plato una verdadera victoria en la cocina. Ya sea que cocines para una noche ocupada entre semana o una cena relajada de domingo, esta receta demuestra que la comida reconfortante no necesita ser complicada para ser completamente deliciosa.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué guardar el agua de la pasta?
- El agua con almidón mejora la textura de la salsa y evita que el platillo quede seco.
- → ¿Puedo usar otro tipo de pasta?
- Cualquier pasta corta funciona perfectamente en esta receta.
- → ¿Cuánto duran las sobras?
- Guarda en un recipiente hermético en el refrigerador por 3-4 días o congela hasta por 3 meses.
- → ¿Qué marinara es mejor usar?
- Cualquier marinara de buena calidad servirá. Usa tu marca favorita.
- → ¿Por qué cocinar la pasta al dente?
- La pasta algo firme termina de cocinarse con la salsa sin perder textura.