
La salsa cremosa acaricia los ravioles rellenos mientras los espárragos verdes crujientes aportan frescura y un toque primaveral. Esta mezcla armoniosa entre tradición italiana y verduras de temporada crea una experiencia que satisface y emociona. En menos de media hora, este plato delicioso estará listo para deleitar con su equilibrio perfecto entre cremosidad y frescura.
La primera vez que preparé esta receta para mis amigos, me sorprendió cuánto les encantó. Incluso mi hermano, que normalmente solo come pasta con salsa de tomate, pidió repetir. Lo que más me alegra es que aunque sea cremoso, no resulta pesado y va genial en noches cálidas de primavera, especialmente con una copa de vino blanco frío.
Datos sobre espárragos
- Espárragos verdes: Contienen apenas 20 calorías por cada 100g, siendo una verdura muy ligera
- Vitaminas: Ricos en vitaminas importantes como K y C, además de ácido fólico para el crecimiento celular
- Fibra: Su alto contenido en fibra ayuda a una digestión saludable y proporciona sensación de saciedad
- Antioxidantes: Contienen antioxidantes como el glutatión que protegen las células del cuerpo
- Clorofila: Al crecer sobre tierra, desarrollan clorofila saludable responsable de su color verde
- Temporada: Su temporada principal va de abril a junio, época ideal para esta receta
- Preparación: A diferencia de los blancos, los espárragos verdes no necesitan pelarse, facilitando mucho su preparación
Mi primer encuentro con espárragos verdes fue toda una revelación. Después de años conociendo solo los blancos, me sorprendió la intensidad del sabor y lo fáciles que son de manejar. Me impresionó especialmente cómo se adaptan a diferentes platos manteniendo siempre su sabor característico.

Proceso de preparación
- Preparar espárragos:
- Lava bien los espárragos bajo agua corriente y corta los extremos duros. Puedes identificarlos doblando el espárrago entre tus dedos hasta que se rompa naturalmente. Luego corta los espárragos en trozos de unos 3 cm, dejando las puntas un poco más largas para que el plato luzca mejor.
- Otras preparaciones:
- Pica finamente el ajo o pásalo por un prensa ajos para un aroma intenso. Corta el jamón cocido en tiras finas para que se distribuya mejor en la salsa. Ralla el queso parmesano fresco, ya que el pre-rallado suele contener antiaglomerantes y no se derrite tan bien.
- Cocer tortellini:
- Cocina los tortellini al dente en agua con sal según las instrucciones del paquete. Es importante no cocerlos demasiado porque seguirán cocinándose brevemente en la salsa. Guarda una taza del agua de cocción antes de escurrirlos.
- Saltear espárragos:
- Calienta un poco de aceite de oliva en una sartén grande y saltea los espárragos a fuego medio durante 3-4 minutos. Deben quedar al dente, no demasiado blandos. Sazona con una pizca de sal y pimienta para realzar su sabor.
- Preparar salsa:
- Añade mantequilla a la sartén y deja que se derrita. Incorpora las tiras de jamón y el ajo picado, sofríelos hasta que el ajo suelte su aroma sin dorarse. Vierte la nata y deja que hierva brevemente. Sazona con una pizca de nuez moscada recién rallada, que combina perfectamente con la nata.
- Mezcla de huevo y parmesano:
- En un cuenco pequeño, bate la yema de huevo con el parmesano rallado y un chorrito de nata. Esta mezcla dará consistencia cremosa y ligará la salsa, similar a una carbonara.
- Combinar todo:
- Reduce el fuego y añade los tortellini a la salsa. Incorpora con cuidado la mezcla de huevo y parmesano, asegurándote de que la salsa no hierva para evitar que el huevo se cuaje. Si es necesario, añade un poco del agua de cocción reservada para conseguir una salsa más cremosa. Deja reposar brevemente para que los sabores se mezclen.
Valor nutricional
- Tortellini: Aportan carbohidratos complejos para energía duradera y sensación de saciedad
- Espárragos verdes: Contienen vitaminas y minerales importantes con bajo contenido calórico
- Parmesano: Ofrece proteínas de alta calidad y calcio para huesos sanos
- Combinación: La mezcla de carbohidratos y proteínas hace este plato especialmente satisfactorio
Mi familia ha desarrollado una relación especial con este plato. Cuando mi hija era pequeña y generalmente no le gustaban las verduras, éste era uno de los pocos platos donde comía los espárragos voluntariamente. El truco estaba en la salsa cremosa que hacía todo irresistible. Lo que personalmente me encanta de esta receta es su adaptabilidad. Según la temporada puedo cambiar los espárragos por otras verduras y el principio básico siempre funciona. En otoño uso champiñones, en invierno calabaza y en verano calabacín.
Consejos para servir
Este cremoso plato de tortellini luce mejor en platos hondos previamente calentados. Adorna cada porción con láminas frescas de parmesano y un toque de pimienta negra recién molida para realzar el sabor y la elegancia visual. Un chorrito de limón fresco justo antes de servir aviva los sabores y crea un contraste agradable con la salsa cremosa. Como acompañamiento, una ensalada verde crujiente con aliño ligero de limón equilibra perfectamente la cremosidad del plato principal.
Posibles variaciones
Esta versátil receta base se adapta fácilmente a gustos personales. Para una versión más lujosa, puedes añadir setas salteadas que con su aroma terroso complementan perfectamente los espárragos. Los vegetarianos pueden sustituir el jamón por piñones o nueces tostadas, que aportan una textura agradable y sabor a nuez. Para una opción más ligera, usa una mezcla de leche y queso crema en lugar de nata, que sigue siendo cremosa pero con menos calorías. Experimenta también con diferentes rellenos de tortellini – los de ricotta y espinacas combinan especialmente bien con los espárragos verdes.

Consejos de conservación
Este plato sabe mejor recién hecho, ya que la salsa cremosa tiende a separarse al recalentarla. Si sobran restos, guárdalos en un recipiente hermético en la nevera, donde se mantendrán hasta dos días. Al recalentar, añade un chorrito de leche o nata y calienta todo lentamente a fuego medio, removiendo ocasionalmente. Un calentamiento demasiado rápido o fuerte hará que la salsa se corte. Como alternativa, puedes disfrutar de las sobras frías como ensalada de pasta, mezclando con aceite de oliva fresco y zumo de limón. No se recomienda congelar, ya que afectaría tanto a la textura de los tortellini como a la de la salsa.
Descubrir esta receta ha enriquecido mi cocina primaveral. La combinación de la tradicional salsa italiana con espárragos frescos de temporada crea un equilibrio perfecto entre comodidad y ligereza. Lo que empezó como una cena sencilla se ha convertido en un plato que sirvo con orgullo a mis invitados. La elegancia está en la simplicidad: pocos ingredientes de calidad que juntos crean más que la suma de sus partes. Prueba esta receta y déjate sorprender por la armonía de sabores - ¡tu paladar te lo agradecerá!
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar espárragos blancos?
- Sí, funcionan bien, pero debes pelarlos y cocinarlos más tiempo porque son más firmes que los verdes. Cocina entre 5 y 8 minutos en lugar de 2.
- → ¿Qué puedo usar en vez de jamón?
- Para una versión sin carne, omite el jamón o usa champiñones salteados. También puedes cambiarlo por pollo en dados, tofu ahumado o camarones salteados para algo más especial.
- → ¿Por qué mi salsa se llena de grumos?
- Ocurre si la mezcla de yema y nata se calienta demasiado rápido o a fuego alto. Mantén el fuego bajo y remueve constantemente. Solo debe calentarse suavemente, no hervir.
- → ¿Puedo preparar el plato con antelación?
- Este plato sabe mejor recién hecho. La salsa con yema no recalienta bien porque podría cortarse. Sin embargo, puedes adelantar cocinando los espárragos y el jamón, y luego hervir los tortellini justo antes de servir.
- → ¿Qué tipo de tortellini se recomiendan?
- Los rellenos clásicos como queso o ricotta y espinaca son los ideales. También quedan bien versiones con carne o setas. Prefiere tortellini frescos del refrigerador para mejor sabor.
- → ¿Cómo puedo hacer el plato menos calórico?
- Sustituye parte de la nata por leche o caldo. Usa 200ml de nata y mezcla con 200ml de leche baja en grasa o caldo de verduras. Así obtendrás una salsa más ligera pero aún cremosa gracias al parmesano y la yema.