
Encontré esta receta de pastelitos el verano pasado cuando mis plantas de fresas se volvieron locas y no podía hacer mermelada lo suficientemente rápido. Estos cupcakes capturan la esencia de las fresas frescas tanto en el bizcocho como en el glaseado usando una simple reducción de fresas que intensifica el sabor. Los pastelitos se mantienen increíblemente jugosos con una miga tierna, y ese color rosa natural los hace perfectos para reuniones de primavera, fiestas de cumpleaños, o cualquier momento que quieras un postre que sepa a puro sol.
La primavera pasada, los preparé para el baby shower de mi vecina. Su mamá estaba escéptica sobre un "pastel con sabor a fruta" hasta que dio su primer bocado. La cara de sorpresa que puso no tenía precio - ¡acabó pidiendo la receta antes de irse! Hay algo en el sabor auténtico de la fresa que simplemente no puede igualarse con lo artificial.
Ingredientes Fundamentales
- Fresas frescas: Las protagonistas. Busca fresas fragantes, de un rojo intenso y sin partes blancas para conseguir el mejor sabor.
- Harina normal: La harina común funciona perfectamente aquí - no necesitas harina especial para repostería gracias a la técnica especial de mezclado.
- Azúcar glass: Sus cristales más finos se disuelven maravillosamente durante el proceso prolongado de batido de huevos. Si no la encuentras, tritura azúcar normal en la procesadora unos 30 segundos.
- Leche entera: La grasa completa da la mejor textura. Contribuye a una miga tierna y húmeda que se mantiene fresca más tiempo.
- Combinación de mantequilla y aceite: Esta mezcla mágica te da el sabor de la mantequilla con los beneficios de retención de humedad del aceite.
- Extracto de vainilla: Realza el sabor de fresa sin competir con él. ¡No te lo saltes!
- Huevos: Proporcionan estructura y esa maravillosa textura esponjosa. La temperatura ambiente es muy importante aquí.

Instrucciones Deliciosas
- Crea la magia de fresa:
- Limpia y corta las fresas por la mitad. Tritúralas en la procesadora hasta obtener un puré suave. Vierte este puré en una cazuela y cocina a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que espese como mermelada. Esto concentra el sabor y elimina el exceso de humedad. Deja enfriar completamente antes de usar.
- Prepara tu espacio:
- Calienta el horno a 120°C con ventilador (o 140°C convencional). Coloca cápsulas blancas en el molde para destacar ese bonito color rosa. Posiciona la rejilla en el medio del horno.
- Mezcla ingredientes secos:
- Bate juntos la harina, levadura en polvo y sal hasta que estén bien combinados para asegurar una distribución uniforme en la masa.
- Crea la base:
- Bate los huevos hasta que estén espumosos, luego añade gradualmente el azúcar mientras sigues batiendo. Continúa durante 6-7 minutos completos hasta que la mezcla se vuelva pálida, espesa y triplique su volumen. Esto crea la estructura increíble que hace especiales estos pastelitos.
- Combina con cuidado:
- Añade la mitad de los ingredientes secos y la pasta de fresa a la mezcla de huevo. Mezcla suavemente hasta que apenas se combinen. Añade el resto de ingredientes secos con el mismo toque suave. La masa parecerá espesa en esta etapa.
- Calienta la mezcla láctea:
- Entibia la leche y mantequilla en una cacerola hasta que se formen pequeñas burbujas alrededor de los bordes. Añade la mitad de esta mezcla caliente a tu masa junto con el aceite y la vainilla. Mezcla suavemente, luego añade el resto de la mezcla láctea. La masa se volverá sedosa y vertible.
- Hornea a la perfección:
- Vierte la masa en las cápsulas, llenando aproximadamente 3/4 partes. Una cuchara para helado hace este trabajo muchísimo más fácil. Hornea durante 25 minutos, hasta que la superficie rebote ligeramente al tocarla. Enfría completamente en una rejilla.
- Crea el glaseado de fresa:
- Mientras los pastelitos se enfrían, prepara la buttercream de fresa usando la misma pasta de fresa. Decora con generosos remolinos en cada pastelito enfriado y corona con media fresa fresca para ese acabado perfecto.
La primera vez que los hice, apresuré la pasta de fresa y no la reduje lo suficiente. Los pastelitos estaban buenos pero demasiado húmedos. En otra tanda, mezclé demasiado después de añadir la harina y quedaron duros. He aprendido a hacer la pasta de fresa un día antes - es una cosa menos que hacer el día de hornear, y el sabor parece incluso mejor con ese descanso nocturno.
Presentación Impactante
Muestra estos bonitos pastelitos rosas en un soporte blanco escalonado rodeado de fresas frescas y hojas de menta para un impacto visual impresionante. El contraste de color los hace lucir absolutamente preciosos. Para fiestas, a veces coloco cada uno en un vasito transparente con los lados quitados - así se ven las cápsulas bonitas y evita que el glaseado se manche. Se convierten en centros de mesa preciosos para baby showers, San Valentín o cumpleaños primaverales colocados en círculo con flores frescas en el centro.
Variaciones Sabrosas
Prueba a añadir 1/2 cucharadita de extracto de almendra a la masa para un realce sutil de sabor que funciona maravillosamente con las fresas. Para una experiencia más ácida, saca un pequeño trozo de cada pastelito enfriado y añade una cucharadita de mermelada de fresa antes de glasear. El centro sorpresa los hace extra especiales. Los amantes del chocolate blanco pueden añadir 1/4 taza de chips de chocolate blanco a la masa - crean deliciosos bolsillos dulces por todo el bizcocho. Para un efecto de fresas con nata, prueba a cubrir con nata montada estabilizada en lugar de buttercream.
Trucos de Conservación
Estos pastelitos se mantienen notablemente jugosos durante 3-4 días en un recipiente hermético a temperatura ambiente. El aceite en la masa hace magia para mantenerlos frescos. Si tu cocina es calurosa, guárdalos en la nevera, pero sácalos a temperatura ambiente antes de servir para la mejor textura y sabor. Para adelantar trabajo, congela los pastelitos sin glasear envueltos individualmente en film transparente y luego en papel aluminio. Descongélalos durante la noche en la nevera antes de desenvolver y glasear.

He hecho estos pastelitos de fresa para incontables cumpleaños de primavera, despedidas de soltera, y simplemente porque es temporada de bayas. Hay algo mágico en morder un pastelito que captura la esencia de las fresas frescas tanto en el bizcocho como en el glaseado. La hija de mi amiga los ha pedido tres años seguidos para su cumpleaños, y nunca me molesta hacerlos. Aunque requieren un poco más de esfuerzo que abrir una mezcla de caja, las críticas entusiastas y peticiones de la receta hacen que valga totalmente la pena.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar fresas congeladas en lugar de frescas?
- ¡Claro! Descongela bien las fresas, elimina el líquido sobrante y luego haz el puré. Es posible que necesites cocinar el puré un poco más para que quede igual de espeso que con fresas frescas.
- → ¿Por qué debo cocinar el puré de fresas?
- Cocinarlo intensifica el sabor, elimina el exceso de líquido y ayuda a mantener la textura perfecta de los cupcakes. También resalta el color natural de las fresas.
- → ¿Puedo preparar estos cupcakes con anticipación?
- ¡Sí! Los cupcakes sin decorar se pueden guardar en un recipiente hermético a temperatura ambiente por un día o en la nevera hasta 3 días. La pasta de fresa puede hacerse 1 o 2 días antes y refrigerarse.
- → ¿Por qué se hundieron mis cupcakes en el centro?
- Esto ocurre si la temperatura del horno está muy alta, si no están completamente horneados o si abres la puerta del horno en los primeros 20 minutos. Asegúrate también de usar polvo de hornear fresco.
- → ¿Cuál es el truco para que queden esponjosos?
- El truco está en batir los huevos con azúcar el tiempo indicado, hasta que estén muy pálidos y hayan triplicado su volumen. Esto crea burbujas de aire que esponjan los cupcakes al hornearse.
- → ¿Puedo hacer un pastel en lugar de cupcakes?
- ¡Por supuesto! Esta receta alcanza para un pastel redondo de 20 cm. Hornéalo a la misma temperatura pero aumenta el tiempo a unos 35-40 minutos, o hasta que un palillo salga limpio al insertarlo.