
Mis galletas de mantequilla con fresas nacieron por casualidad una tarde fría en casa. Desde entonces, todo el mundo me pide que las haga sin importar la época del año. Cada mordida es súper mantequillosa y sabe de verdad a fresa, todo gracias a mi truco secreto: fresas liofilizadas.
La galleta favorita de todos
El truco está en usar fresas reales y una masa de mantequilla clásica que nunca falla. Son fáciles de hacer para cualquier día, pero quedan tan bonitas que siempre quedan bien para regalar o llevar a una fiesta. Me gusta lo flexibles que son: solas, con glaseado o bañadas en chocolate, siempre quedan deliciosas.
Qué necesitas
- Fresas liofilizadas: Media taza triturada hasta que quede polvo para un sabor fuerte.
- Mantequilla: Dos barras a temperatura ambiente para que quede bien suave.
- Azúcar glas: Media taza para una dulzura perfecta.
- Vainilla: Una cucharadita para unir todos los sabores.
- Harina: Dos tazas pasadas por colador para que la masa sea ligera.
Hora de hornear
- Empieza con las fresas
- Tritura las fresas liofilizadas hasta que desaparezcan los trozos grandes.
- Mezcla lo seco
- Junta el polvo de fresa y la harina, mezcla bien hasta conseguir un color rosado parejo.
- Hazlo cremoso
- Bate la mantequilla con el azúcar hasta que parezca una crema suave, unos 3 minutos basta.
- Une todo
- Mezcla lo seco y lo húmedo con suavidad, nada de batir de más.
- Enfría la masa
- Envuelve la masa y déjala media hora en la nevera.
- Corta las formas
- Extiende la masa fría y usa cortadores para hacer las formas que más te gusten.
- Hora de hornear
- Llévalas al horno a 180 grados hasta que estén listas, que no se doren, unos 10 minutos estará bien.

Guárdalas bien
Estas galletas siguen perfectas siete días si las guardas en un bote bien cerrado. A veces hago muchas y las meto al congelador, se descongelan súper bien cuando tienes antojo. Solo acuérdate de dejar que enfríen completamente antes de guardarlas.
Ideas divertidas
Me encanta hacer versiones diferentes. A veces les pongo chocolate negro por arriba o las cubro con glaseado de limón para darles un toque ácido. Mi amiga Lisa les echa nuez pecana troceada para que crujan más. Y cuando viene mi vecina celiaca, uso harina sin gluten y dice que ni se nota la diferencia.
Por qué elijo fresas liofilizadas
Las fresas frescas vuelven la masa demasiado húmeda, pero las liofilizadas tienen todo el sabor sin mojar nada. Así las galletas quedan crujientes, mantequillosas y con ese sabor a fresa bien marcado.
Mis trucos para hornear
Lo más importante es no mezclar en exceso, así no quedan duras. Siempre mete la masa al frío, verás que es mucho más fácil de manejar. Y fíjate bien en el horno, tienen que estar pálidas para derretirse en la boca.

Hazlas bonitas
Me fascina poner un glaseado rosa encima hecho con azúcar glas y más polvo de fresa. A veces espolvoreo más fresas trituradas o les echo un poco de chocolate blanco derretido. ¡Parecen sacadas de una pastelería fina!
Combinaciones perfectas
Van genial con té por la tarde o limonada bien fría en verano. A mi pareja le gusta comerlas con su café de la mañana. En las fiestas calurosas, las uso para hacer sandwiches de helado de vainilla entre dos galletas y es una pasada.
Cocinar con peques
Los niños se lo pasan bomba ayudando con estas galletas. Les encanta elegir cortadores y decorar con el glaseado rosa. Sí, seguro se arma un desastre, pero esas risas hacen que valga la pena cada pizca tirada.
Recuerdos dulces
Siempre que horneo estas galletas pienso en días soleados y picnic con mi familia. El aroma a fresa por toda la cocina me trae recuerdos muy felices. Son ese tipo de galletas que se vuelven parte de tu historia familiar.

Geniales para compartir
Estas galletas son siempre el centro de atención cuando las llevo a reuniones. Ya sea en el club de lectura, en un baby shower o en una comida navideña, el color rosa llama mucho la atención, pero el sabor verdadero a fresa es lo que conquista a todos.
Cualquiera puede hacerlas
No te asustes por la masa de mantequilla, en serio son muy fáciles. Solo necesitas pocos ingredientes y pasos sencillos. Vas a tener una bandeja de galletas preciosas que parecen hechas por un profesional y no tardas nada.
Verano en cualquier momento
Lo que más me gusta es que estas galletas te traen el sabor a verano incluso en pleno invierno. Ese toque fresco a fresa y la mantequilla hacen que sea imposible comer solo una, da igual la estación.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué usar fresas secas?
- Las fresas secas ofrecen un sabor intenso sin añadir humedad que afecte la textura de las galletas.
- → ¿Por qué enfriar la masa dos veces?
- Al enfriarla dos veces, las galletas mantienen su forma y consiguen una textura más tierna y crujiente.
- → ¿Puedo omitir el glaseado?
- Claro, saben riquísimas solas o con un toque de polvo de fresa para decorarlas.
- → ¿Cómo debo guardarlas?
- Guárdalas en un recipiente hermético una vez que el glaseado esté completamente seco. Manténlas a temperatura ambiente.
- → ¿La masa se puede preparar antes?
- Sí, envuélvela bien y refrigérala. Deja que se ablande ligeramente antes de extenderla.