
Hoy mi cocina huele a puro Mediterráneo, porque he preparado unas gambas al oreganato que me tienen enamorada. Tienen esa costra crunchy hecha con pan rallado casero, ajo fresco y orégano, que hace que todo el plato brille. Quedan perfectas tanto para celebrar en la comida como para una cena relajada. Nunca fallan.
Simple y elegante
Lo que más me gusta de esto es cómo con unos pocos ingredientes el plato queda de lujo. La combinación de gambas tiernas y el toque crujiente y aromático te transporta directo al mar. Da igual si es para diario o para invitados, siempre triunfa.
Lo que uso en mi Oreganata
- Gambas: Medio kilo, bien grandes y jugosas, que compro en la pescadería cercana.
- Pan rallado: Una taza, yo lo hago en casa para que quede más crujiente.
- Ajo: Dos dientes pelados y picados fino, nada de ajo en polvo.
- Orégano: Fresco, recién cortado de la maceta.
- Queso parmesano: Solo un par de cucharadas, rallado en el momento.
- Ralladura de limón: De un limón ecológico.
- Aceite de oliva virgen extra: El más bueno que tenga por casa.
- Especias: Sal marina y pimienta negra recién molida.
- Limón: Cortado en rodajas para decorar al final.
Mi paso a paso fácil
- El horno
- Ponlo a 200 grados y cubre la bandeja con papel.
- Empieza con la corteza
- Mezcla el pan, ajo, orégano, parmesano, ralladura, sal y pimienta. Añade un chorrito de aceite y remueve todo.
- Prepara las gambas
- Colócalas en la bandeja y échales algo de aceite y sal.
- Cúbrelas
- Reparte encima la mezcla para que no quede ni un hueco sin cubrir.
- Hornea
- Espera entre 10 y 12 minutos. Cuando las gambas estén rosaditas y la costra dorada, sácalas.
Para acompañar
Normalmente pongo una ensalada verde fresca o pan de ajo casero. Si me animo, van genial sobre polenta suave o con pasta al aceite y limón. Cualquier combinación está riquísima.
Mi secreto para que crujan
Antes de usar el pan rallado, lo tuesto un poco en la sartén. Gana sabor y color. Ese toque extra de trabajo lo vale, porque la costra queda súper crujiente y sabrosa.
Mil maneras de hacerlo
A veces me da por usar tomillo o albahaca en vez de orégano. Si quiero darle picante, le echo un poco de chile seco. Por cierto, esta cubierta va genial con vieiras o filetes de pescado también.

Preparado con tiempo
Suele dejar lista la mezcla de la corteza un par de horas antes. Todo por separado en el refri y lo junto justo antes de hornear. Así nada se reseca y ahorro un buen rato.
Resto que dura bien
Si sobra algo, va directo a un táper con tapa en la nevera. Dos días se conservan perfectas. Para recalentarlas, al horno un momento y listo, quedan otra vez crujientes.
Saludables de verdad
Las gambas no solo son deliciosas, también tienen proteínas, omega-3 y muchas vitaminas. Esa costrita crujiente hace que comerlas sea todavía más divertido y sano.
Perfecto para compartir
Cuando vienen amigos, les saco mi Oreganata. Lo pongo bonito con hierbas y limón y queda de película. Si tienes un Sauvignon Blanc fresquito, combina de lujo.
Errores que no cometo
No dejo nunca que las gambas se hagan de más, porque se ponen duras. Es clave repartir bien la costra por encima. Y siempre uso aceite bueno y gambas secas para que salga perfecto.
Así sé si están frescas
Las gambas frescas huelen suave, un poco dulce. Si huele raro o a amoniaco, paso. Si son congeladas, las descongelo despacio en la nevera y luego las seco bien. Eso es importante para que la corteza quede bien.
Ideas nuevas para servir
Las he puesto hasta sobre pizza con aceite de ajo o dentro de wraps, y quedan geniales. Incluso sobre papas asadas o con quinoa y verduras asadas sorprenden un montón. Se puede hacer de todo.

Plato que enamora
Estas gambas al oreganato me levantan el ánimo. Tienen ese toque de Italia fácil y siempre gustan. Las preparo con gusto y no me canso de compartir el secreto porque encantan a todo el mundo.
Inspirado en Italia
Esta idea viene de la cocina ítalo-americana. Yo la he hecho a mi manera, mezclando lo de siempre con mis propias costumbres. Demuestra que la cocina mediterránea en realidad es simple y sabrosa.
Sostenible y rico
Solo compro gambas de pesca sostenible, siempre buscando el sello MSC. Así como tranquilo, sabiendo que cuido el planeta y el plato sigue estando riquísimo.
Pruebo con todo
En mi cocina me gusta cambiar. Le pongo a veces romero, otras le echo curry para algo distinto. Esta base es tan flexible que cualquier especia queda bien. Cada vez sale diferente y siempre bueno.
El vino que va mejor
Para acompañar estas gambas, lo que más me gusta es un Pinot Grigio frío o algún Chardonnay. Esa acidez fresquita va genial con las gambas especiadas. Si es un día de calor, me tiro a un rosado ligero.
Aptas para todos
Con pan rallado sin gluten es ideal para quienes no pueden comerlo. Y como llevan mucha proteína, van perfectas si buscas platos bajos en carbohidratos. Así cualquiera puede disfrutarlas sin problemas.

Manténlas frescas
En táper hermético aguantan dos días, pero recién hechas y con la costra crocante son una maravilla. Es de esos platos para comer en el momento sin esperar mucho.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Cómo sé si las gambas están listas?
- Deberían estar rosadas y firmes. La cubierta debe tener un tono dorado y las gambas deberían tomar una curva en forma de C.
- → ¿Puedo usar gambas congeladas?
- Claro, solo asegúrate de descongelarlas completamente antes y secarlas bien. Aunque las frescas siempre saben mucho mejor.
- → ¿Qué acompañantes van bien con este plato?
- Una ensalada fresca o pasta son perfectos. También puedes usar pan como el ciabatta para disfrutar con la salsa.
- → ¿Puedo preparar la cobertura con antelación?
- Sí, puedes hacer la mezcla de pan rallado un día antes. Almacénala en un recipiente hermético.
- → ¿Es esencial el orégano fresco?
- El orégano fresco da un sabor único al plato. Si solo tienes seco, úsalo en menos cantidad ya que es más intenso.