
Rollos de ajo y queso irresistibles
Unos simples rollos de hojaldre se transforman totalmente al rellenarlos con queso fundido y un toque de ajo que huele a gloria. Es la versión mejorada del clásico panecillo: fácil, súper sabrosa y hace que cualquier noche parezca una ocasión especial.
Hacerlos en familia los domingos ya es costumbre en mi casa. Mis hijos se divierten cada vez ayudando a enrollar la masa y espolvorear el queso. El aroma del ajo con mantequilla hace que todos lleguen corriendo a la mesa.
Principales ingredientes:
- Masa refrigerada para croissants - La textura hojaldrada queda increíble, busca la que lleve mantequilla para más sabor
- Mantequilla sin sal - Apuesta por una buena, marca la diferencia en el sabor del ajo
- Ajo fresco más ajo en polvo - Fresco da chispa, el polvo ayuda a que el sabor llegue a todo
- Queso mozzarella y manchego - Esta combinación funde bien y le da carácter; si los rallas al momento, quedan perfectos
- Perejil seco - Decora y aporta ese toque verde; revisa que no esté viejo y sin aroma
Instrucciones sabrosas:
Pon el horno a la temperatura indicada en la masa (normalmente 190 °C). Deja la bandeja en el centro. Usa papel para hornear: te evita líos si se derrama el queso.
Para el toque de ajo, derrite la mantequilla justo a punto de líquido pero sin que esté caliente. Pica el ajo súper pequeño, si no se puede quemar. Mézclalo con el ajo en polvo, un poquito de cebolla en polvo y el perejil seco. Tiene que oler bien, pero no ser demasiado fuerte.
Desenrolla la masa en la encimera fría y limpia. Si está floja, métela 5 minutitos a la nevera, así manejas mejor. Sepárala por las marcas, formando triángulos, sin deformarlos.
Pinta cada triángulo con la mezcla de ajo y mantequilla usando una brocha, incluso los bordes. Así te aseguras de que cada bocado sepa rico. Déjalos un rato para que absorban.
Pon los quesos bien repartidos por los triángulos, sin llegar a los bordes y presiona un poco, así el queso se pega y no se sale al enrollar.

Mi abuela siempre decía que el queso a temperatura ambiente se funde mejor. De pequeña me encantaba verla poner un poco más de queso por encima justo antes de meterlos al horno.
El secreto para que suban bien:
Para que salgan esponjosos, deja que reposen 5 minutos en la bandeja antes de meterlos al horno. Así la masa se asienta y sube más parejo mientras se hornean. El vapor de la mantequilla fundida hace que queden súper suaves por dentro.
Atención a la temperatura:
Si quieres el exterior doradito y el centro bien jugoso, hay que cuidar la temperatura. Poner el horno caliente al inicio sella rápido la masa y deja el interior cremoso. Esa mezcla de texturas es lo que hace que no puedas parar de comerlos.
Cómo servirlos para lucirte:
Quedan espectaculares con platos fuertes: una lasaña, un guiso de carne o lo que te apetezca. El combo de ajo y queso aligera hasta las salsas más potentes y el pan absorbe genial los jugos.
Después de tantos intentos, aprendí que lo sencillo a veces es lo que mejor sale. Cuatro cosas bien hechas pueden ser la estrella de tu mesa. Buen gusto sin complicarse.
Clavando los sabores:
Puedes ajustar el ajo y las hierbas como tú quieras. ¿Quieres aire mediterráneo? Añade orégano y albahaca secos a la mantequilla. Las hierbas frescas también valen, pícalas pequeñito para que no se quemen.
Enrollar como un pro:
Hacer rollos apretaditos lleva práctica. Arranca del lado más ancho y enróllalos con firmeza pero sin apretar de más. Si se sale el queso, mételo otra vez en la masa. Esto es lo que te da bocados perfectos, ni mucho pan ni poco queso.
Cómo guardarlos y recalentarlos:
Están increíbles recién hechos, pero si te sobran, guárdalos bien tapados y separados por papel. Para calentarlos, envuélvelos en papel aluminio y hornea a 150 °C unos 5 o 7 minutos, así no se ponen duros por fuera.

Ideas para adelantar trabajo:
Prepara la mantequilla de ajo hasta con 3 días de antelación
Enrolla y ponlos en la bandeja, congélalos después
Pásalos al congelador en bolsitas, te duran 3 meses igual de buenos
Hacer el doble y guardar la mitad congelada ahorra tiempo esos días de locura. No hay nada como abrir el congelador y tener pan casero listo para hornear.
Más trucos de chef pro:
Pon un recipiente con agua caliente abajo del horno: salen más tiernos
Para el dorado, pincela con mantequilla fundida los últimos 2 minutos
Déjalos enfriar un poco sobre una rejilla, así no se humedecen por debajo
Después de probar mil variantes, estos rollitos de ajo y queso siempre me salvan. Con cariño y buenos ingredientes, lo sencillo se convierte en lo más celebrado. Da igual si la cena es familiar o con amigos, jamás fallan para sacar sonrisas.