
El verano pasado me topé con esta receta de pastel volcado de cheesecake de fresa cuando necesitaba un postre rápido para visitas inesperadas. La mezcla de relleno de fresa, queso crema y bizcocho mantecoso crea un increíble postre por capas que parece que llevó horas hacer, aunque es ridículamente sencillo. Se ha convertido en mi solución cuando quiero impresionar pero no tengo tiempo ni ganas de complicarme.
Mi vecina llegó justo cuando esto salía del horno, y solo el aroma la convenció de quedarse a probar postre. Después del primer bocado, me pidió la receta al instante, diciendo que no podía creer que algo con sabor tan elaborado fuera tan fácil de preparar. A veces las recetas más simples son las que causan mayor impacto.
Ingredientes Básicos
- Relleno de tarta de fresa - El atajo que da sabor a fruta sin ninguna preparación
- Queso crema - Crea esa capa de tarta de queso sin líos con huevos o problemas de horneado
- Preparado para bizcocho - La comodidad definitiva que se transforma en una cobertura mantecosa y desmenuzable
- Leche - El ingrediente secreto que ayuda a que la masa se cocine bien sin quedar seca
- Mantequilla - Une todo y crea esos irresistibles bordes dorados

Elaboración del Pastel
- Preparación del Molde
- Aunque un ligero engrasado es suficiente, he descubierto que un rápido rociado de spray para cocinar seguido de una ligera capa de harina facilita aún más servir. La primera vez que lo hice, me salté el engrasado y me arrepentí cuando la capa de fruta se caramelizó y se pegó a los bordes. Un molde de vidrio de 23x33 cm funciona perfectamente, aunque uno metálico también sirve - solo vigílalo porque podría cocinarse más rápido debido a una conducción de calor más eficiente.
- Distribución del Relleno
- Al extender el relleno de fresa, asegúrate de crear una capa uniforme que llegue hasta las esquinas del molde. Uso el dorso de una cuchara para empujar suavemente el relleno donde debe ir. Este relleno crea la humedad que ayuda a cocinar la capa de bizcocho encima, así que una distribución pareja es importante para una textura consistente. A veces añado un puñado de fresas frescas o congeladas al relleno para más fruta y textura.
- Capa de Queso Crema
- Tener el queso crema verdaderamente ablandado hace este paso mucho más fácil. Dejo el mío fuera por al menos una hora, o si tengo prisa, lo desenvuelvo y lo pongo en el microondas unos 20 segundos. Cuando coloco cucharadas de la mezcla de queso crema, las espacío uniformemente sobre la capa de fresa en vez de ponerlas todas en el centro. No te preocupes por crear una capa perfectamente lisa - el queso crema se esparcirá y mezclará con los otros ingredientes durante el horneado, y esos pequeños bolsillos cremosos por todo el postre son parte de su encanto.
- Magia del Preparado para Bizcocho
- Espolvorear uniformemente el preparado seco es crucial para una capa superior uniforme. Uso una taza medidora para sacarlo de la caja y lo espolvoreo como si estuviera cubriendo con nieve, asegurándome de que no haya zonas muy cargadas que quedarían secas ni zonas ligeras que se empaparían demasiado. El preparado absorberá la humedad de la mantequilla, la leche y la fruta debajo para crear una capa tipo bizcocho arriba y una capa ligeramente pegajosa donde se encuentra con la fruta - ese contraste es lo que hace tan especiales a los pasteles volcados.
- Distribución de Mantequilla y Leche
- Rociar la mantequilla derretida y la leche uniformemente sobre toda la superficie es quizás el paso más importante. Las vierto en zigzag, tratando de cubrir todas las áreas del preparado. Cualquier bolsillo seco quedará polvoriento incluso después de hornear, así que uso un tenedor para presionar suavemente las zonas que parecen no haber recibido suficiente líquido. La adición de leche junto con la mantequilla es lo que distingue esta receta de los pasteles volcados tradicionales - crea una cobertura más húmeda y esponjosa en lugar de un desmenuzado crujiente.
- Proceso de Horneado
- Las señales visuales de cocción son más confiables que el tiempo estricto. Busca un tono dorado con algunas zonas de dorado más intenso donde la mantequilla ha creado bolsillos de sabor. Los bordes deben burbujear suavemente, y el centro ya no debe verse húmedo o crudo. Empiezo a revisar a los 35 minutos, especialmente si uso un molde metálico. Déjalo enfriar al menos 15-20 minutos antes de servir - es tentador comer inmediatamente, pero la textura y el sabor mejoran cuando se asienta un poco.
Mi hijo adolescente, que normalmente pasa de los postres con fruta prefiriendo el chocolate, dio un bocado y lo declaró "extrañamente impresionante" antes de servirse una segunda porción. Cuando un adolescente quisquilloso da ese tipo de aprobación, sabes que has encontrado una receta ganadora.
Combinaciones Perfectas
Sírvelo caliente con helado de vainilla para una experiencia de postre reconfortante. Para reuniones de verano, lo acompaño con bayas frescas para más color y frescura. El café o té complementa perfectamente el dulzor para meriendas. Mi marido lo disfruta con un vaso de leche, mientras yo prefiero el mío con café para ese equilibrio perfecto entre dulce y amargo.
Variaciones Creativas
Prueba diferentes rellenos como cereza o arándanos para nuevas combinaciones de sabores. Cambia el preparado de bizcocho amarillo por chocolate si deseas un ambiente de fresas cubiertas de chocolate. Añade una capa de chips de chocolate blanco entre el queso crema y el preparado para más indulgencia. La Navidad pasada, experimenté añadiendo galletas de jengibre trituradas a la cobertura para un toque festivo que complementaba hermosamente las fresas.

He preparado este pastel volcado de cheesecake de fresa para todo tipo de ocasiones, desde cenas familiares informales hasta comidas compartidas y celebraciones, y nunca deja de impresionar. Hay algo mágico en cómo estos simples ingredientes se transforman en el horno en distintas capas de sabor y textura. Mi hija ha empezado a pedirlo para su cumpleaños en lugar de tarta tradicional, lo que considero la forma más alta de elogio culinario posible. A veces las recetas más fáciles se convierten en las favoritas más queridas de la familia, creando recuerdos alrededor de la mesa que duran mucho más que el propio postre.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar otro tipo de relleno para este pastel?
- ¡Por supuesto! Este pastel queda delicioso con cualquier sabor de relleno que prefieras. Prueba con cereza, arándano, durazno o manzana. Incluso puedes mezclar dos sabores distintos para algo diferente.
- → ¿Por qué mi mezcla de pastel quedó seca encima después de hornear?
- Eso sucede si algunas partes de la mezcla seca no reciben suficiente humedad. Asegúrate de repartir la mantequilla derretida y la leche de manera uniforme por toda la superficie, cubriendo cualquier área seca. También puedes colocar pequeños trocitos de mantequilla en las zonas secas antes de hornear.
- → ¿Puedo preparar este pastel con anticipación?
- ¡Claro! Puedes armar el pastel hasta con 24 horas de anticipación y guardarlo refrigerado sin hornear. Si lo horneas frío, añade unos minutos al tiempo de cocción. Una vez horneado, se conserva bien a temperatura ambiente por 1-2 días o en el refrigerador hasta 5 días. Si lo prefieres, calienta porciones individuales en el microondas.
- → ¿Existe una versión sin lácteos o vegana de este pastel?
- Para una versión sin lácteos, usa queso crema, mantequilla y leche de origen vegetal. Asegúrate de que tu mezcla de pastel también sea libre de lácteos (muchas lo son). Para una versión vegana, comprueba que la mezcla de pastel no contenga huevos ni otros productos de origen animal.
- → ¿Puedo congelar este pastel de fresa y queso?
- Sí, puedes congelarlo después de hornearlo. Déjalo enfriar completamente, cúbrelo bien con plástico y papel aluminio. Congélalo por hasta 3 meses. Descongélalo durante la noche en el refrigerador y caliéntalo en el horno a 150°C o en el microondas antes de servir para mejor textura y sabor.