
Encontré esta receta de empanadas de cereza el invierno pasado cuando necesitaba algo rápido pero impresionante para una invitación de último momento a un brunch. La mezcla del hojaldre crujiente con el relleno agridulce de cerezas crea unos pasteles increíbles que parecen de pastelería pero requieren mínimo esfuerzo. Se han convertido en mi opción favorita cuando quiero algo especial para el desayuno o postre sin pasar horas cocinando.
El amigo de mi hijo adolescente se quedó a dormir, y preparé estas empanadas para el desayuno. El chico dio un mordisco y preguntó: "¿Las hiciste tú?" con tanta sorpresa genuina que me eché a reír. A veces las recetas más sencillas causan las mayores impresiones.
Ingredientes Básicos
- Hojaldre - Las láminas compradas son un atajo fantástico que nunca decepciona
- Relleno de cereza - El de lata funciona perfecto, aunque el fresco es maravilloso cuando hay cerezas de temporada
- Huevo batido - Crea ese hermoso brillo dorado que les da aspecto profesional
- Glaseado simple - El toque justo de dulzura para complementar la masa mantecosa
- Extracto de vainilla - Añade esa nota aromática cálida que eleva todo el pastel

Elaboración Deliciosa
- Descongelado de la masa
- Un hojaldre bien descongelado es fundamental para trabajarlo bien. Saco el mío del congelador y lo dejo en la encimera unos 30-40 minutos - debe estar flexible pero todavía frío. Si se calienta demasiado, la mantequilla entre las capas empieza a derretirse y pierde su magia de crecimiento. Lo desdoblo cuando está justo lo suficientemente descongelado para no romperse. Mientras espero, preparo el huevo batido y el relleno para tener todo listo cuando la masa alcance esa temperatura perfecta.
- Técnica de corte
- Un cuchillo afilado o cortador de pizza hace cortes limpios sin arrastrar o romper la masa. He descubierto que cortar cada lámina en cuatro cuadrados iguales crea el tamaño perfecto - ni muy grande, ni muy pequeño. Para mayor precisión, a veces uso una regla para marcar dónde cortar. Si la masa empieza a calentarse y ponerse pegajosa durante este proceso, la meto en la nevera unos minutos para que se endurezca. Trabajar con masa fría siempre da mejores resultados.
- Equilibrio del relleno
- La cantidad de relleno es crucial - muy poco y las empanadas parecen escasas, demasiado y se abrirán durante el horneado. Esa recomendación de 1-2 cucharadas es perfecta, aunque tiendo a ser generosa con la fruta y cuidadosa con el jugo. Coloco el relleno ligeramente descentrado hacia una esquina, lo que facilita el doblado y sellado. Si uso relleno enlatado, a veces escurro un poco del almíbar extra para evitar fugas, o añado una pizca de maicena para espesarlo.
- Técnica de sellado
- Presionar los bordes firmemente con un tenedor no solo crea ese aspecto clásico ondulado sino que asegura que no se abran en el horno. Antes de sellar, pinto ligeramente solo los bordes con agua o huevo batido, lo que ayuda a que se peguen. No presiones demasiado fuerte o cortarás la masa - solo lo suficiente para dejar un patrón y sellar los bordes. Si sale algo de relleno, empújalo suavemente hacia adentro o quítalo para evitar que se queme.
- Aplicación del huevo
- Una capa fina y uniforme de huevo batido marca la diferencia para lograr ese acabado dorado profesional. Uso una brocha de silicona para una aplicación uniforme sin dañar la delicada masa. Asegúrate de pintar toda la superficie, incluyendo los bordes sellados, pero evita que se acumule en algún punto. La leche añadida al huevo crea una consistencia perfecta y añade más poder de dorado. Si ves burbujas de aire formándose en la superficie, pinchalas suavemente con un palillo antes de hornear.
- Consistencia del glaseado
- El glaseado debe ser lo suficientemente espeso para mantener su forma brevemente al gotear pero lo bastante fluido para asentarse en un acabado suave. Empiezo con el azúcar glas y la vainilla, luego añado leche poco a poco hasta alcanzar la consistencia deseada. Si queda demasiado líquido, simplemente añado más azúcar glas. Me gusta dejar que las empanadas se enfríen unos 5-10 minutos antes de glasear - si están demasiado calientes, el glaseado se escurrirá completamente, pero si están ligeramente tibias, queda hermoso con ese aspecto ligeramente translúcido.
Mi marido, que normalmente pasa de los dulces en el desayuno, preguntó si quedaban más a la mañana siguiente. Hay algo en esa combinación de hojaldre crujiente y relleno de frutas que gusta a todos, independientemente de sus preferencias habituales.
Combinaciones Estupendas
Sirve estas empanadas con café o té para un desayuno perfecto o merienda. Como postre, añade una bola de helado de vainilla mientras aún están tibias. En verano, las acompaño con bayas frescas para un bonito contraste de color en el plato. A mis niños les encantan con un vaso de leche fría, que equilibra perfectamente el dulzor.
Variaciones Sabrosas
Prueba diferentes rellenos como arándanos, manzana o fresa para variar. Añade canela a las de manzana para una combinación clásica. Mezcla queso crema con un poco de azúcar glas y vainilla para crear una capa tipo cheesecake debajo del relleno de cereza. El invierno pasado, experimenté añadiendo unas pocas chips de chocolate al relleno de cereza, creando una empanada inspirada en la tarta Selva Negra que desapareció aún más rápido que la original.

He preparado estas sencillas empanadas de cereza para todo tipo de ocasiones, desde desayunos de fin de semana hasta brunch festivos, y nunca dejan de impresionar. Hay algo mágico en cómo el hojaldre se transforma en el horno, creciendo en docenas de capas crujientes alrededor del relleno agridulce de cereza. Mi hija ha empezado a pedirlas para ocasiones especiales, diciendo que hacen que las mañanas normales parezcan celebraciones. A veces las recetas que requieren menos esfuerzo crean los momentos más memorables alrededor de la mesa.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar otros rellenos de frutas?
- ¡Claro que sí! Prueba con otros sabores de relleno de tarta como manzana, melocotón, fresas o arándanos. También puedes usar crema de chocolate y avellanas, queso crema con un poco de azúcar o incluso opciones saladas como jamón con queso. ¡Las posibilidades son infinitas!
- → ¿Es posible preparar estos hojaldres con anticipación?
- ¡Por supuesto! Puedes armar los hojaldres y congelarlos sin hornear por hasta 3 meses. No hace falta descongelarlos antes de hornear, solo añade algunos minutos extra al tiempo de cocción. Si los preparas el día anterior, agrega el glaseado justo antes de servir para que estén frescos y perfectos.
- → ¿Por qué mi hojaldre no subió bien?
- El hojaldre debe estar frío cuando entre al horno para que suba adecuadamente. Si se calentó demasiado mientras lo trabajabas, refrigera los hojaldres ya armados por 15-20 minutos antes de hornearlos. También asegúrate de precalentar completamente el horno a la temperatura indicada antes de comenzar.
- → ¿Cómo guardo los hojaldres sobrantes?
- Guarda los hojaldres ya fríos en un recipiente hermético. Se conservan a temperatura ambiente 1-2 días o en el refrigerador hasta 5 días. Para refrescarlos, caliéntalos en un horno a 150°C durante 5-10 minutos. Si no tienen glaseado, pónselo después de recalentarlos, aunque también son deliciosos fríos recién sacados del refrigerador.
- → Mi glaseado está demasiado espeso o líquido. ¿Cómo lo arreglo?
- Un buen glaseado debe caer lentamente de una cuchara. Si está muy espeso, añade leche poco a poco, de ½ cucharadita a la vez. Si está demasiado líquido, incorpora más azúcar glas, 1 cucharada por vez. También puedes agregar un toque de extracto de almendra o unas gotas de jugo de limón para darle un sabor diferente.