
Hay algo mágico en una salsa que puede subir el nivel de cualquier platillo común y hacer que todo sepa espectacular. Esta maravilla de ajo y parmesano es mi as bajo la manga – cremosa, sabrosa y capaz de convertir lo más simple en comida de restaurante. Quince minutos y tendrás la felicidad en la mesa, por eso no me canso de usarla, ya sea para pastas al apuro o cuando llegan invitados de sorpresa.
Irresistible Aliada en la Cocina
Cocinar no debería ser complicado y esta salsa lo demuestra. Solo te hace falta una olla y 10 cositas para tener un toque de chef en noches agitadas. Va bien donde tú quieras: encima de unas papas asadas, baña unas alitas de pollo o dale onda a una pizza. No te va a fallar y de verdad, es una total salvavidas casera.
Qué Necesitas a Mano
- Mantequilla: Unas dos cucharadas, sin sal mejor. Si no tienes, échale aceite de oliva sin miedo.
- Ajo: Cuatro dientes frescos y picaditos – el polvo sirve si no hay de otro.
- Condimento Italiano: Un toque de hierbas secas tipo orégano, romero y tomillo.
- Harina: Dos cucharadas para darle cuerpo y espesor.
- Caldo de Verduras: Un vaso para que la salsa quede profunda sin pesar. De pollo también va genial.
- Nata para cocinar: Un vaso para todo lo cremoso – o puedes aligerarla con nata ligera si prefieres.
- Queso Parmesano: Media taza rallada – el alma del sabor.
- Perejil fresco: Dos cucharadas picadas para un toque de color y frescura.
- Sal y pimienta negra: Solo lo justo para realzar todo.
Así Lo Preparas Sin Complicaciones
- Cierra con Sabor
- Prueba y dale el punto ajustando la sal y pimienta a tu gusto, las veces que haga falta.
- Logra la Textura Perfecta
- Mantenla a fuego bajito, sin prisas. ¿Quedó espesa? Un poco de caldo la suaviza. ¿Muy líquida? Déjala unos minutos más.
- Vuelve Todo Cremoso
- Ahora échale la nata, deja que espese y ve agregando el parmesano y el perejil mientras remueves hasta que se vea todo integrado y suave.
- Haz la Base
- Derrite la mantequilla, agrega el ajo picado y las hierbas. Dale vuelta por un minuto para que saque todo el aroma.
- Crea Estructura
- Es el turno de la harina: mézclala bien y poco a poco pon el caldo de verduras. Con calma, para que todo se integre y no queden grumos.
Para Que Dure Tu Salsa
No solo sirve una vez. Si la guardas en un recipiente bien tapado, te aguanta una semana en la nevera. Para calentar otra vez, hazlo despacio y añade un poco de leche si quieres que recupere lo cremoso. Un consejo: no la metas al congelador, pierde la textura y el toque especial.

Trucos Que Aprendí a Las Malas
Tener todo picado y medido antes de empezar te salva. Ve probando durante el cocinado porque el sabor no es ciencia exacta. Las salsas tienen carácter, necesitan cariño y paciencia. Cuando se enfrían, se espesan – así que no te asustes si ves que al principio están algo líquidas.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo preparar la salsa con anticipación?
¡Por supuesto! Guarda la salsa en el refrigerador por hasta 5 días. Caliéntala suavemente y revuelve bien antes de servir.
- → ¿Esta salsa es vegetariana?
Sí, esta salsa es completamente vegetariana. Está llena de mantequilla, crema y queso para un sabor delicioso.
- → ¿Cómo debe ser la textura de la salsa?
Debe cubrir una cuchara suavemente. Recuerda que se espesará más al enfriarse, así que no te preocupes si parece algo líquida mientras cocinas.
- → ¿Puedo usar otro tipo de queso?
El parmesano es esencial aquí, pero puedes probar con quesos duros similares como el Pecorino Romano si buscas otra variante de sabor.
- → ¿Con qué puedo acompañar esta salsa?
Es versátil y queda genial con pasta, como base para pizza, sobre verduras asadas o como dip para palitos de pan.